Aunque las instalaciones del CERESO Estatal se mantienen bajo el orden estatal, los elementos del Ejército Mexicano realizan vigilancia en el exterior del penal.
Los soldados siguen en alerta por la fuga de «El Neto» y 29 de sus cómplices.
Por esta razón, los militares efectuaron revisiones y recorridos en los estacionamientos del penal, dónde se presume que era el centro de operaciones del neto y su pandilla.