México.-A una semana del lamentable deceso de doña Silvia Pinal, quien falleció a los 94 años, de pulmonía, luego de siete días de haber sido hospitalizada, es el productor Iván Cochegrus quien relata uno de los momentos más difíciles para su hijo menor, Luis Enrique Guzmán, quien fue el encargado de recibir los restos de la diva mexicana en su domicilio, lugar en el que se encuentran hasta el día de hoy.
El íntimo amigo de los Pinal explicó que el único hijo varón de la artista mexicana no acudió al homenaje póstumo que Silvia recibió en Bellas Artes, a diferencia de sus hijas, nietas y bisnietas, porque estaba devastado, pero que horas después, fue quien recibió en su casa del Pedregal sus cenizas, provocándole un dolor más allá de lo indecible.
“Y sí le impactó porque tomó incluso la prótesis de la señora que nos entregaron y la abrazó, vio a su mamá y soltó a lágrimas y se retiró”, narró el productor en entrevista para el programa Ventaneando.
“Y no puede sostener ni la plática, Rosario, él está muy dolido, muy… ¿Cómo te explicaré?, lo que sí me dijo esta mañana fue: ‘ellas ya tenían que estar ahí, ya era algo artístico, yo fui por accidente figura, pero no lo soy, y yo ya quiero vivir mi sentimiento aparte, mi dolor, ya no quiero exponerlo, quiero estar aquí, en mi soledad’”, agregó sobre la postura de Luis Enrique en permanecer alejado de la vida pública.
A propósito de la cremación de los restos mortales de Silvia Pinal, Iván Cochegrus aseguró que, a pesar de que la actriz era una mujer previsora, no fue una decisión que ella hubiera dispuesto antes de fallecer.
“¿Quién se atrevería a decirle a Silvia Pinal?: ‘señora, ¿cómo quiere el día que usted parta?’. Nadie se atrevió, eran como temas tabúes para la señora Pinal, tenía tal vez ya la agencia funeraria, ¿pagó dónde?, ¿pagó una cremación, un entierro?, queríamos como investigar del 27 al 28 [de noviembre]. Saber si había algo que nos diera una pista de cuál era su deseo”, expuso al respecto.
Sobre la distinción que recibió en el palacio de Bellas Artes, Iván recalcó que pudo llevarse a cabo gracias a la gestión de Sylvia Pasquel y de Efigenia Ramos, hija y asistente de doña Silvia respectivamente. “Por el homenaje que le hicieron hace dos años, Sylvia ya tenía el enlace, entonces después de ese último respiro, pues empezamos a hacer esas llamadas, y en especial Efi y Sylvita”, aseveró.
Finalmente, sobre los comentarios que han surgido en su contra y denostado el vínculo que tenía con la última diva del cine de oro mexicano, Cochegrus puntualizó que su amistad inició en los años 90, además de que este vínculo se volvió inquebrantable tras producirle la obra ‘Caperucita ¡Qué onda con tu abuelita!’.
“Cuando ya vi esa gran necesidad de hacerle un espectáculo, porque ella me lo pidió (…) que ya tenía el tema de la silla de ruedas (…) llegué: ‘señora, pues qué le parece si hacemos Caperucita’, ‘¿y qué?, ¿voy a hacer a la abuelita?, ¡ay!, ¡qué buena idea!’, no, pues no me la esperaba, si no ella era el deseo de regresar al teatro. Y algo que me siento muy satisfecho, el proceso antes, le dio vida, se levantaba y decía: ‘me voy a ir a mi ensayo’”, declaró Iván.
Finalmente, el productor señaló que más allá de lo que digan sus detractores, él se queda satisfecho por lo que pudo vivir y compartir con la matriarca de la dinastía Pinal.
“Me quedo con los momentos más hermosos de mi vida, que le voy a estar profundamente agradecido a Dios siempre, que conocí la palabra amistad, y también quiero aprovechar para agradecerle a aquellos, que no fueron los que vieron en mí a un villano, que vieron a una persona humana, que quería Silvia Pinal”, remató.
Con Información de Comunicado