Redes.-Milena nació durante el Año Nuevo de 2016. Era una recién nacida, aunque ya había vivido 18 años siendo un varón llamado Emiliano. Durante los años que siguieron a esa noche Milena recorrió el camino de “la transición”, el mismo que suelen atravesar la mayoría de las travestis y chicas trans: se puso siliconas, ácido hialurónico para engrosar los labios, cambió su nombre y su género en su documento y se ocupó de esconder, aún a pesar del dolor, sus genitales.
Quien habla ahora con Infobae, sin embargo, es de nuevo Emiliano. Los labios gruesos ya no son tan gruesos y donde había siliconas ahora hay de nuevo un pecho plano y dos cicatrices horizontales por donde se las sacaron. Los genitales ya no están apretados dentro de una trucadora y su nombre y la “F” de “femenino” en su DNI están, nuevamente, en proceso de cambio.
Lo que Emiliano hizo es algo de lo que se habla poco, aunque existe. Se llama “destransición de género” lo que, de acuerdo a la definición del National Center for Transgender Equality, significa “volver a vivir el sexo asignado al nacer”. La pregunta es, claro, por qué. ¿Por qué volver, con lo difícil que suele ser salir del closet y animarse a vivir públicamente como una chica trans? ¿Por qué sacarse las tetas, con el deseo que había tenido de ponérselas? ¿Por qué volver a usar en su DNI su nombre de nacimiento?
Fuente Agencia