Oaxaca.- En Camalotal, los niños crecen tomando café en lugar de leche. Es más barato. Y si algo es complicado en esta comunidad cañera, habitada por el pueblo chinanteco, es precisamente la economía.
Camalotal está a unos 30 kilómetros de San Juan Bautista Tuxtepec, la ciudad más importante de la región de la Cuenca del Papaloapan, en el norte de Oaxaca. Esa distancia se recorre en una hora u hora y media, recorrido que los hermanos Sebastián, Jesús Antonio y Francisco realizaron este sábado para recibir los regalos que habitantes de Tuxtepec les entregaron, dándoles una forma de celebrar la Navidad.
La razón de que Jesús Antonio y sus hermanos estén sentados en la terminal a la que llegan los transportes de Camalote es que, hace unos días, su deseo de tener su propio árbol de navidad se hizo viral en las redes sociales.
Parado junto a una rama que se sostiene en una cubeta de tierra, decorada con pequeños juguetes usados que cuelgan de hilos, Jesús Antonio Palacios Moreno, de 10 años, posa para una fotografía que Édgar Orozco Ortiz, el maestro de Educación Física de la primaria de la comunidad, le tomó para dar a conocer su historia.
¿Cómo ven la ilusión de este niño de tener un arbolito de Navidad? Tuvo la curiosidad de poner sus juguetes usados para no quedarse sin adornos. Ya le dije que yo le compro su serie de luces. ¿Alguien más se une a la causa?», dice el mensaje con el que el profesor acompañó las imágenes y que desencadenó el apoyo.
Édgar cuenta a El Universal que la ilusión del niño de tener un arbolito navideño surgió cuando vio que el profesor colocó el suyo en su vivienda y quiso replicarlo a escondidas de sus papás.
Pongo mi arbolito artificial, sencillo, con sus luces y los niños llegan a la casa y lo ven.
Usuarios entregan donativos
Las reacciones de los usuarios comenzaron poco a poco. Alguno ofrecieron esferas; otros, animales para el nacimiento y hasta un pastel. Poco a poco la historia de Jesús y sus hermanos Sebastian, de 8 años, y Francisco, de 13, comenzó a hacerse viral, sobre todo porque Édgar administra una página deportiva amateur en esa red social, misma que usó para compartir la historia con sus amigos de todo Oaxaca y a nivel nacional.
Fue así que comenzaron a llegar los primeros donativos. Una señora, por ejemplo, envío 500 pesos; mientras que alguien radicado en Mississippi, Estadio Unidos, prometió enviar algo para los niños, al igual que un hotel de Huatulco, que ofreció una cena y un regalo para cada uno de los niños.
con información de AM
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