México.- Quienes están en la primera línea de la batalla contra el SARS-CoV– 2 enfrentan situaciones muy difíciles todos los días, pero al doctor Mendoza le tocó además atender a su propia madre como paciente COVID-19 y la sacó adelante.
Eva, enfermera jubilada de 67 años de edad y su familia, recibieron el mejor regalo de año nuevo, el alta médica.
El pasado 16 de diciembre Eva fue hospitalizada en el Centro Médico La Raza del IMSS, Enrique, además de ser nefrólogo pediatra en la institución, se convirtió en uno de sus médicos, pues su área de trabajo, fue reconvertida para pacientes COVID y hasta ahí, llegó su madre.
«Evolucionó de forma favorable y el día 28 se le pudo retirar el ventilador mecánico. Fue el mejor regalo sin duda, ella nunca dejó de luchar, antes de intubarla me dijo que iba a ser fuerte, que le iba a echar muchas ganas y lo hizo, lo demostró», agregó el médico.
Eva aún tiene secuelas de la enfermedad: tos, cansancio, requiere oxígeno y terapia física, por lo que debe rehabilitar sus pulmones y sus músculos, los médicos esperan que pronto pueda estar de pie y dejar el oxígeno, para continuar disfrutando de su hijos y nietos, pero sin dejar de tomar medidas sanitarias.
«Gracias a Dios, fue un buen trato, muy especial, de todos los médicos, de todo el equipo multidisciplinario. Estoy muy agradecida con mi familia, con mis hijos que me apoyaron», Eva Yolanda Gómez, paciente dada de alta de COVID.
con información de Zócalo
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