EE.UU.- Una mujer de Colorado, Estados Unidos, se declaró culpable de haber aprobado procedimientos médicos para enfermedades terminales que su hija de 7 años no padecía y fue sentenciada a 16 años de prisión.
El pasado enero, Kelly Turner aceptó un acuerdo de culpabilidad por los delitos de robo agravado, fraude caritativo y abuso infantil que causó la muerte por negligencia de la pequeña Olivia Grant, quien falleció en 2017, señaló el New York Times.
Olivia falleció en agosto de 2017 por una insuficiencia intestinal después de que su madre firmara una orden para no resucitarla, indicándole a los médicos que la calidad de vida de la pequeña era demasiado mala para mantenerla con vida.
Turner quien puso a su hija en cuidados paliativos y presionó para que se ordenara no resucitar”, señalaron.
De otro lado, Lonnie Gautreau, el padrastro de Turner aseguró que su hija padece del síndrome de Munchausen por poder, un trastorno mental en el que un padre o cuidador induce una enfermedad en un niño para llamar la atención.
“Los abuelos de Olivia están completamente devastados por la muerte prevenible de su brillante, talentosa y hermosa nieta”, dijo Hollynd Hoskins, el abogado que representa el patrimonio y la familia de la pequeña Olivia.
En 2018, un año después de la muerte de Olivia, Turner llevó a su otra hija al hospital para tratamientos que no eran “médicamente necesarios”.
Esto derivó a que los médicos decidieran avisar a las autoridades, una vez que descubrieron que la pequeña había muerto de una “enfermedad misteriosa e intratable”.
Coincidentemente, la hermana de Olivia se recuperó tras ser “retirada del cuidado de Turner”, señalaron los fiscales.
La pequeña Olivia participó en eventos planeados por la Fundación Make-A-Wish y fue vista en paseos con policías y bomberos vestida de princesa y superhéroe, honrando sus deseos de servir a su comunidad.
Con información de p21
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