EE.UU.- Cuando Tasha Haefs dijo en la llamada de emergencia a la policía que un demonio intentaba atacarla, las autoridades se dirigieron de inmediato a esa vivienda de Kansas City donde a primera vista notaron sangre en los escalones de la entrada.
Mientras se acercaban hasta la puerta principal, escucharon a la mujer cantando y al no responder el llamado de los policías para dejarlos entrar, Haefs entonaba más fuerte.
Intrigados por el comportamiento de quien los había llamado, los oficiales comenzaron a asomarse por las ventanas, donde uno de ellos se sobresaltó al ver la cabeza decapitada de un niño, por lo que forzaron la puerta y entraron a la casa, cuenta Daily Mail.
Allí, encontraron a la mujer de 35 años con sangre en sus pies y muslos -donde tenía una herida punzante-, además de varios arañazos en sus manos.
Al registrar la vivienda, la policía halló el cuerpo de un niño de seis años decapitado en la cocina y a un perro sin cabeza en el sótano, así como dos cuchillos y un destornillador ensangrentados.
Haefs les confesó a las autoridades haber asesinado a su hijo, a quien le había cortado la cabeza en el baño. La policía identificó a la víctima como Karvel Stevens.
La fiscal del condado de Jackson, Jean Peters Baker, mostró su consternación en un comunicado, en el que aseguró que el homicidio del niño había dejado a toda la comunidad “sin aliento” y que era difícil imaginar el dolor de todos los que conocieron al pequeño.
Mark Forrest, un vecino del lugar, le dijo a FOX4 que se trataba de “un momento terrible con el covid-19 recién levantado y no necesitamos esto ahora en nuestro barrio”.
Haefs fue acusada el miércoles de asesinato en primer grado y de acción criminal armada.
Con información de Univision
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