Cuando los niños comienzan a definir su personalidad es frecuente que ellos tengan preferencia hacia algún tipo de juguete, ya sean figuras de acción, vehículos o animales, y en los últimos es donde la ciencia pone la mirada.
Persistencia, atención, mayor procesamiento de la información y un razonamiento más rápido son algunas de las particularidades que los niños exponen, mismas que se intensifican cuando entran a la adolescencia.
Su imaginación crece y se complementa creando historias y explicaciones que involucran a estos animales, las cuales pueden enriquecerse con la ayuda de sus padres.
Para conservar el desarrollo de estas características en los menores, es importante que los padres se mantengan al tanto de lo que pasa en su entorno social, ya que es frecuente que los niños pierdan el interés en temas que les gustan al no tener con quién compartirlos.
Con información ScienceDirect
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