La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de designar al fentanilo como Arma de Destrucción Masiva y retomar un discurso de “guerra contra las drogas” difícilmente resolverá la crisis de salud pública que enfrenta ese país, advirtió la especialista Rosalie Pacula, profesora de Política y Gestión de la Salud en la Universidad del Sur de California.
En entrevista con Expansión Política, la académica señaló que endurecer sanciones y recurrir a un lenguaje bélico no ha demostrado ser eficaz para reducir el consumo ni las muertes por sobredosis. Subrayó que una estrategia efectiva debe ser integral y contemplar no solo acciones de prohibición y persecución, sino también un mayor acceso a tratamientos, servicios de recuperación y políticas basadas en evidencia científica.
El pasado 15 de diciembre, Trump firmó una orden ejecutiva que clasifica al fentanilo ilícito y a sus principales precursores químicos como Armas de Destrucción Masiva, al considerar que se trata de una sustancia extremadamente tóxica capaz de causar la muerte en dosis mínimas. En el documento oficial se destaca que apenas dos miligramos pueden resultar letales y que cientos de miles de estadounidenses han fallecido por sobredosis relacionadas con este opioide sintético.
Pacula explicó que, si bien la peligrosidad del fentanilo es innegable, la designación por sí sola no resolverá el problema. Recordó que en 2024 las muertes por sobredosis en Estados Unidos disminuyeron 37%, al pasar de más de 76 mil a alrededor de 48 mil casos, lo que demuestra que otros factores y políticas también influyen en la contención del fenómeno.
La investigadora, adscrita al Centro Leonard D. Schaeffer de Política de Salud y Economía, insistió en que ninguna acción unilateral —centrada solo en la oferta o únicamente en la demanda— será suficiente. A su juicio, se requiere combinar prevención, atención médica, reducción de daños y estrategias reales para limitar la producción y distribución de drogas.
La administración de Trump también ha reforzado su enfoque al designar como Organizaciones Terroristas Extranjeras a seis cárteles mexicanos, a los que acusa de inundar de fentanilo el mercado estadounidense. Para Pacula, esta medida podría utilizarse para justificar acciones en tres frentes: el origen de los precursores químicos, la fabricación del opioide y su consumo en las calles de Estados Unidos.
No obstante, la especialista advirtió que, dada la flexibilidad y cambios frecuentes en las posturas de la actual administración, resulta difícil anticipar cómo se aplicarán estas decisiones en la práctica y si realmente contribuirán a una solución de fondo a la crisis del fentanilo.
