Ciudad de México.– La asistencia del empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego a una cena navideña encabezada por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó controversia en redes sociales, luego de versiones encontradas sobre si el empresario fue invitado de manera directa o si habría pagado por su acceso al evento.
La polémica se originó después de que Salinas Pliego compartiera imágenes de su visita a Washington y asegurara públicamente que él y su hijo habían sido invitados a la recepción celebrada en la Casa Blanca. En su mensaje, el empresario afirmó que también acudió a jugar golf en Mar-a-Lago, lo que avivó el debate digital.
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Posteriormente, comenzó a circular información que señalaba que la presencia del empresario en la cena no habría sido producto de una relación personal o diplomática con Trump, sino de la compra de un acceso al evento a través del mercado secundario de membresías del club privado Mar-a-Lago. De acuerdo con esta versión, la cena formaría parte de un acto masivo de recaudación y relaciones públicas, en el que distintos empresarios y políticos adquieren boletos que incluyen la asistencia y una fotografía protocolaria.
Ante estos señalamientos, Salinas Pliego negó haber comprado su entrada y aseguró contar con un correo electrónico de invitación enviado desde la Casa Blanca, el cual compartió en redes sociales. No obstante, la invitación difundida no aparece personalizada, lo que mantuvo las dudas sobre la naturaleza del acceso al evento.
El empresario atribuyó la difusión de la versión sobre la compra del boleto a una supuesta campaña en su contra y reiteró que su presencia fue resultado de una invitación formal. Hasta el momento, no ha publicado una fotografía directa junto a Trump, aunque señaló que existe una imagen que eventualmente dará a conocer.
La controversia continúa en redes sociales, donde persisten interpretaciones divididas sobre si la cena fue un acto protocolario exclusivo por invitación o un evento de carácter público al que se accedía mediante pago, como ocurre en algunas actividades organizadas en torno al club Mar-a-Lago.



