Ciudad de México.– El líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, mantendría el control de su organización criminal pese a encontrarse privado de la libertad, situación que evidenciaría las deficiencias estructurales del sistema penitenciario mexicano, de acuerdo con señalamientos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y especialistas en seguridad.
Según la dependencia estadounidense, Yépez Ortiz continúa ejerciendo influencia sobre el grupo delictivo que encabezó, lo que atribuye a fallas en el control y operación de los centros penitenciarios en México. Al respecto, Fernando Escobar Ayala, investigador de la organización civil Causa en Común, advirtió que la saturación carcelaria y la corrupción al interior de los penales facilitan que líderes del crimen organizado sigan operando desde prisión.
Noticias Relacionadas
El especialista señaló que la capacidad de algunos cabecillas criminales para imponer condiciones de gobierno dentro de los centros penitenciarios o mantener su influencia fuera de ellos refleja que las cárceles no están cumpliendo con su función principal de contención y rehabilitación.
Escobar Ayala agregó que el internamiento de líderes criminales en espacios donde conviven con integrantes de sus propias organizaciones o con grupos rivales no solo impide su reinserción social, sino que en muchos casos fortalece las dinámicas delictivas al interior de los penales.
Asimismo, destacó que en entidades como Guanajuato no existe una ley especializada que regule el sistema penitenciario estatal, lo que genera vacíos legales que son aprovechados por la delincuencia organizada. Aunque “El Marro” se encuentra recluido actualmente en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 14, en Gómez Palacio, Durango, el investigador subrayó que las deficiencias son generalizadas a nivel nacional.
“La ausencia de un marco legal sólido propicia la improvisación, la corrupción y el fortalecimiento del poder criminal”, advirtió el especialista, quien consideró que la continuidad de las operaciones delictivas desde prisión es consecuencia directa del abandono institucional que enfrentan las cárceles del país.
Cabe recordar que José Antonio Yépez Ortiz fue sentenciado el 14 de enero de 2022 a 60 años de prisión por el delito de secuestro en perjuicio de una empresaria de Celaya. Inicialmente permaneció recluido en el Cefereso número 1 “El Altiplano”, en el Estado de México, hasta que el 19 de julio de 2024 fue trasladado al penal federal de Durango.



