Ciudad de México. — El gobierno de México respondió a la advertencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenazó con imponer aranceles del cinco por ciento a las exportaciones mexicanas bajo el argumento de que el país no estaría cumpliendo con el Tratado de Aguas firmado entre ambas naciones.
De acuerdo con las declaraciones del mandatario estadounidense, México tendría un adeudo cercano a los 800 mil acres-pies de agua provenientes del Río Bravo, de un total de 1.75 millones que deben entregarse a Estados Unidos en ciclos de cinco años, según lo establecido en el acuerdo bilateral de 1944. Trump aseguró que esta presunta falta afecta gravemente las actividades agrícolas y ganaderas en el estado de Texas.
Gobierno mexicano responde y aclara su postura
En conferencia de prensa, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó que su administración mantiene una postura de diálogo y cooperación con el gobierno estadounidense, subrayando que se buscará una solución basada en la razonabilidad y el respeto mutuo. Aclaró además que el tema del agua no fue abordado durante su más reciente encuentro con el presidente Trump.
Por su parte, el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Roberto Velasco Álvarez, sostuvo que México sí está cumpliendo el tratado conforme a las disposiciones legales. Explicó que el acuerdo contempla la posibilidad de compensar volúmenes de agua no entregados dentro del ciclo correspondiente en el siguiente periodo, especialmente cuando existen causas extraordinarias como sequías severas.
Sequía histórica complica el cumplimiento
Las autoridades mexicanas reconocieron que los años 2022 y 2023 fueron particularmente críticos en términos climáticos, con niveles de sequía considerados atípicos si se comparan con registros históricos desde 1953. Esta situación, explicaron, redujo considerablemente la capacidad de las presas y sistemas hidráulicos del norte del país.
La presidenta señaló que actualmente existe coordinación permanente entre autoridades federales, gobiernos estatales de la zona fronteriza y representantes de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo equilibrado.
“Hay un tratado que debe respetarse, pero también deben considerarse las condiciones reales del país, la disponibilidad de agua y la capacidad física de los sistemas de canalización. Nuestro compromiso es cumplir, pero dentro de lo posible y de manera justa para ambas partes”, afirmó.
Reunión binacional para destrabar el conflicto
Como parte de las acciones inmediatas, se anunció una reunión virtual entre representantes de las secretarías de Relaciones Exteriores, Agricultura, la Comisión Nacional del Agua y la Comisión Internacional de Límites y Aguas. Dicho organismo binacional es el responsable de supervisar la ejecución del tratado y establecer acuerdos técnicos en casos extraordinarios.
¿Qué establece el tratado?
El Tratado de Aguas firmado en 1944 regula la distribución de los recursos hídricos de los ríos Colorado, Tijuana y Bravo. En él se establece que:
-
Estados Unidos entrega a México 1,850 millones de metros cúbicos anuales del Río Colorado.
-
México debe entregar una tercera parte del caudal de seis afluentes del Río Bravo, garantizando un mínimo de más de 2,100 millones de metros cúbicos en ciclos de cinco años.
El tratado tiene como objetivo asegurar el abastecimiento tanto para consumo humano como para actividades agrícolas e industriales de ambos países.
Las autoridades mexicanas reiteraron que su prioridad es mantener una relación diplomática estable, evitar afectaciones económicas innecesarias y resolver el tema del agua mediante mecanismos técnicos y diplomáticos, sin recurrir a medidas comerciales que perjudiquen a las dos naciones.



