Washington, Estados Unidos. — El expresidente estadounidense Donald Trump volvió a colocarse en el centro de la polémica tras lanzar insultos públicos contra la periodista Kaitlan Collins, corresponsal jefe de CNN en la Casa Blanca, luego de que ella le formulara una pregunta durante un evento internacional en la capital del país.
El incidente ocurrió durante una aparición pública relacionada con actividades oficiales en el Kennedy Center, donde se realizaba el sorteo de la Copa Mundial de la FIFA. En ese evento, Collins cuestionó al exmandatario sobre su relación con Venezuela y sobre un posible reconocimiento internacional que podría recibir, lo que aparentemente incomodó al político y derivó en una reacción hostil.
Posteriormente, Trump intensificó sus ataques por medio de redes sociales, donde se refirió a la periodista con descalificativos personales y utilizó términos ofensivos tanto para ella como para la cadena de noticias para la que trabaja. Incluso escribió mal su nombre mientras la atacaba públicamente, hecho que fue señalado por usuarios en redes sociales.
Lejos de escalar el enfrentamiento, Collins respondió de manera irónica y serena al compartir una discrepancia sobre el contenido real de su pregunta, subrayando que su cuestionamiento estaba dirigido específicamente a la situación en Venezuela y no a otros temas mencionados por Trump en su publicación.
El hecho no fue ignorado por sus colegas. Diversos periodistas de cadenas nacionales expresaron su respaldo a Collins, señalando su profesionalismo y defendiendo el derecho legítimo de la prensa a formular preguntas incómodas a figuras públicas. Entre las voces de apoyo, se destacó que cuestionar decisiones políticas y gastos gubernamentales es una labor esencial del periodismo democrático.
Este episodio forma parte de una serie de confrontaciones recientes entre Trump y mujeres periodistas, quienes han denunciado una actitud reiterada de ataques verbales, insultos personales y descalificaciones cuando abordan temas delicados o incómodos para el exmandatario.
Desde la vocería oficial, se ha minimizado la situación argumentando que el estilo directo del político es parte de su personalidad pública y que su actitud no obedece al género, sino a una marcada desconfianza hacia los medios de comunicación tradicionales.
Sin embargo, voces externas, incluidos familiares del propio Trump, han sugerido que este tipo de reacciones podrían reflejar presión política, tensión personal o nerviosismo ante ciertos cuestionamientos que tocan aspectos sensibles de su historial.
El episodio ha reavivado el debate sobre el trato del poder hacia la prensa y la importancia del respeto a la libertad de expresión, especialmente cuando se trata de figuras públicas sometidas al escrutinio permanente de la opinión pública.



