Durante un encendido episodio del Bret Easton Ellis Podcast, Quentin Tarantino generó controversia al asegurar que The Hunger Games, la exitosa franquicia literaria y cinematográfica de Suzanne Collins, robó descaradamente su premisa de la novela japonesa Battle Royale, publicada en 1999 por Koushun Takami.
“El libro de The Hunger Games es Battle Royale en versión PG”, afirmó el cineasta. “No entiendo cómo la escritora japonesa no demandó a Suzanne Collins por cada puta cosa que posee. ¡Acaban de arrancar el puto libro!”.
Tarantino también arremetió contra la crítica literaria estadounidense, acusándola de ignorar el origen asiático de la idea por desconocimiento o desinterés: “Los estúpidos críticos de libros no van a ver una película japonesa llamada Battle Royale, así que nunca la mencionaron. Decían que era lo más original que habían leído en su vida. En cuanto los críticos de cine vieron la película, dijeron: ‘¡Qué cojones! Esto es solo Battle Royale, pero en versión PG’”.

La novela japonesa, lanzada en 1999, fue adaptada al cine en 2000 por el director Kinji Fukasaku, convirtiéndose en un fenómeno de culto a nivel mundial. La historia gira en torno a un grupo de adolescentes forzados a asesinarse entre sí en un experimento social brutal, bajo el mando de un gobierno autoritario.
Ocho años más tarde, The Hunger Games vio la luz en 2008 bajo la pluma de Suzanne Collins y la editorial Scholastic. Su éxito fue inmediato: la historia de Katniss Everdeen y los “Juegos del Hambre” se convirtió en una franquicia global que recaudó más de 3,300 millones de dólares en taquilla a través de cinco películas entre 2012 y 2023.
Pese a las evidentes similitudes entre ambas obras —adolescentes obligados a matarse en un juego televisado por un sistema totalitario—, Collins siempre ha negado haber leído o conocido Battle Royale antes de escribir su libro.
El señalamiento de Tarantino reaviva un viejo debate sobre los límites entre inspiración, homenaje y plagio, y sobre cómo el origen cultural y la exposición mediática pueden afectar la valoración crítica de una obra.
Mientras The Hunger Games goza de reconocimiento global y forma parte de la cultura popular occidental, Battle Royale sigue siendo un clásico de culto con influencia notoria en la ficción distópica moderna, aunque con menos alcance comercial debido a las barreras de distribución y censura que enfrentó, incluso en su país de origen.




