La crisis diplomática entre Japón y China se agudizó esta semana luego de que la primera ministra Sanae Takaichi declarara que un posible ataque chino contra Taiwán que pusiera en riesgo la supervivencia de Japón podría justificar una respuesta militar.
Estas palabras desataron una reacción inmediata de Pekín, que exigió una retractación formal. Como respuesta preventiva, el gobierno japonés emitió una alerta de seguridad para sus ciudadanos en China, pidiendo evitar lugares concurridos y actuar con discreción.
La advertencia fue reforzada por el Ministerio de Educación de Japón, que también aconsejó a quienes asisten a escuelas japonesas o internacionales en China a mantener un bajo perfil. La embajada en Pekín emitió un mensaje claro:
“Si ven a una persona o grupo que parezca sospechoso, aléjense y abandonen el área de inmediato.”
Un intento de diálogo en Pekín entre un alto funcionario japonés y el diplomático chino Liu Jinsong no logró calmar los ánimos. Según reportes, la reunión fue “solemne” y sin avances concretos, y Liu se declaró “insatisfecho” con el resultado.
Tokio, por su parte, aseguró que los comentarios de Takaichi no representan un cambio en la postura oficial del gobierno. “Los comentarios no alteran la posición del gobierno”, declaró el portavoz Minoru Kihara, descartando cualquier retractación.
La tensión entre ambas potencias asiáticas se encuentra en uno de sus puntos más altos en años.
🇯🇵🇨🇳 #Japón llamó a sus ciudadanos a extremar la precaución en #China en medio de una disputa diplomática creciente por #Taiwán ➡️ https://t.co/KK2dms0IeC pic.twitter.com/XqX6dEYJrC
— FRANCE 24 Español (@France24_es) November 18, 2025



