Coral Caye, la isla privada que Francis Ford Coppola arrendó durante nueve años, ya no forma parte de su portafolio turístico. El director de 85 años se vio obligado a vender los derechos de arriendo de la propiedad por 1.8 millones de dólares para hacer frente a la crisis financiera provocada por el fracaso de Megalopolis, su más ambicioso y costoso proyecto cinematográfico.
La isla, que servía como escape vacacional y creativo, contaba con infraestructura autosuficiente —paneles solares, tanques de agua y tres residencias— y podía albergar hasta 10 personas. Coppola la visitaba cada pocos meses y llegó a construir un muelle y dos cabañas durante su estadía.
Peter McLean, del Grupo Corcoran, confirmó la venta y aseguró que Coppola estaba “muy triste” al desprenderse de un lugar que consideraba especial. El nuevo arrendatario, un empresario guatemalteco, planea convertir Coral Caye en un resort con habitaciones sobre el arrecife, similar a los complejos turísticos de las Maldivas, con obras de expansión previstas para los próximos 18 meses.
Las secuelas de Megalopolis
La decisión de desprenderse de la isla responde directamente al desplome comercial de Megalopolis, una película escrita, producida y dirigida por Coppola, quien invirtió 120 millones de dólares de su propio bolsillo —fondos obtenidos en parte por la venta de dos de sus bodegas en Napa Valley, California—. Pese a su debut en el Festival de Cannes y a contar con un elenco estelar liderado por Adam Driver, la cinta recaudó solo 11.5 millones de dólares a nivel mundial.

El filme fue polarizante: aunque algunos críticos aplaudieron su audacia visual y profundidad temática, otros lo calificaron de incoherente y fallido, lo que le valió a Coppola un Razzie como Peor Director. Las pérdidas superaron los 100 millones de dólares, afectando significativamente su fortuna personal, que pasó de estimarse en 250 millones a cifras tan bajas como 5 millones, según algunas fuentes.
Más activos en venta
Además de Coral Caye, Coppola ha comenzado a deshacerse de otros bienes. Planea subastar siete relojes de lujo, entre ellos un F.P. Journe de oro valorado en al menos un millón de dólares, a través de la casa Phillips.
A lo largo de su vida, el cineasta creó la colección Family Coppola Hideaways, resorts de lujo en Centroamérica como Blancaneaux Lodge, Turtle Inn (Belice) y La Lancha (Guatemala), inspirados en sus viajes durante el rodaje de Apocalypse Now.
Entre el legado y la controversia
La crisis económica no ha empañado el legado artístico de Coppola, cuyo nombre está ligado a clásicos como El Padrino, Apocalypse Now y La conversación. Sin embargo, su etapa reciente ha estado marcada por polémicas declaraciones contra la industria de Hollywood y por alegatos de conducta inapropiada en el set de Megalopolis, según reportes de 2024.
En lo personal, Coppola sufrió la pérdida de su esposa Eleanor en 2024, con quien estuvo casado desde 1963 y quien fue parte clave del diseño de sus resorts. Padre de tres hijos —incluida la directora Sofia Coppola—, el cineasta sigue defendiendo su visión artística a pesar de los contratiempos: “El dinero no importa; lo que importa es la familia y la visión”, afirmó en Cannes.



