La automotriz General Motors (GM) anunció el despido temporal de 5 mil 500 trabajadores en tres de sus plantas en Estados Unidos, en medio de una reestructuración interna derivada de la decisión del presidente Donald Trump de eliminar los créditos fiscales que impulsaban la compra de vehículos eléctricos (EV).
De acuerdo con la compañía, los recortes afectarán principalmente a empleados de las plantas Factory Zero (Detroit), Ultium (Ohio) y Spring Hill (Tennessee), instalaciones clave en la estrategia de transición hacia la movilidad eléctrica.
Despidos masivos en Detroit, Ohio y Tennessee
En la planta Factory Zero, donde se ensamblan modelos eléctricos como el Chevrolet Silverado, GMC Sierra y Hummer EV, 3 mil 400 empleados fueron suspendidos desde el verano. La empresa prevé reincorporar a 2 mil 200 trabajadores en enero, cuando la planta reanude operaciones con un solo turno, mientras que mil 200 permanecerán suspendidos indefinidamente.
En la planta de baterías Ultium, ubicada en Warren, Ohio, 1,400 empleados fueron despedidos, aunque unos 850 podrían volver en mayo, dependiendo de la demanda del mercado. En Spring Hill, Tennessee, se notificó la suspensión temporal de 710 trabajadores, quienes podrían ser reubicados conforme avance la reestructuración.
Según Kevin Kelly, portavoz de GM, los recortes buscan “alinear la producción con las condiciones actuales del mercado”, afectado por la desaceleración en las ventas de autos eléctricos y por las políticas fiscales implementadas por la nueva administración estadounidense.
Golpe al sector eléctrico y ajustes financieros
La eliminación de los incentivos fiscales de hasta 7,500 dólares por vehículo eléctrico, decretada por el presidente Trump en septiembre, redujo drásticamente el atractivo económico de este tipo de automóviles, afectando directamente las ventas y la rentabilidad del sector.
Bajo la dirección de Mary Barra, GM había comprometido 35 mil millones de dólares para el desarrollo de tecnología eléctrica y enchufable, inversión que ahora enfrenta un replanteamiento. En el tercer trimestre, la empresa reportó un cargo contable de mil 600 millones de dólares asociado a sus proyectos eléctricos, y advirtió que podrían registrarse más pérdidas durante el cuarto trimestre.
Los despidos recientes se suman a la eliminación de 200 puestos asalariados la semana pasada en el Centro Tecnológico de Warren, Michigan, lo que refleja un ajuste generalizado en la estructura corporativa de la compañía.
GM reevalúa su futuro en la era eléctrica
La automotriz estadounidense enfrenta una encrucijada estratégica: proteger su rentabilidad frente a la incertidumbre regulatoria y, al mismo tiempo, sostener su liderazgo en la transición hacia los vehículos de cero emisiones.
“Estamos revisando nuestras operaciones para garantizar que la inversión en electrificación sea sostenible a largo plazo”, informó la compañía en un comunicado.
Analistas del sector señalan que el enfriamiento del mercado eléctrico, combinado con la retirada de los incentivos fiscales, podría retrasar los planes de transición ecológica de la industria automotriz estadounidense, justo cuando competidores como Tesla, Ford y Rivian también reportan caídas en sus proyecciones de ventas.
Con los ajustes anunciados, General Motors busca preservar su estabilidad financiera y redefinir su estrategia de movilidad eléctrica, en un panorama donde las decisiones políticas comienzan a impactar directamente el rumbo tecnológico de una de las industrias más importantes del país.



