Pese a la política arancelaria impulsada por el expresidente estadounidense Donald Trump, la industria química española logró evitar un impacto negativo en sus resultados. De acuerdo con la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), que agrupa a más de 1,500 empresas del sector, el cierre de 2025 será positivo gracias a la diversificación de mercados y la búsqueda de nuevos destinos de exportación.
Durante la clausura de la asamblea general de Feique, su presidenta, Teresa Rasero, informó que las exportaciones del sector crecerán 14.5% al cierre del año, un resultado que calificó como “excelente” ante las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Europa.
“Hemos salido a buscar nuevos mercados y eso nos permitirá cerrar este año con un crecimiento notable. En un entorno global difícil, la industria química española ha sabido adaptarse y salvar los muebles”, destacó Rasero.
La dirigente explicó que, mientras la industria química global ha sufrido por los aranceles impuestos por Washington desde abril, las empresas españolas han redirigido sus exportaciones hacia Asia, América Latina y Oceanía, evitando así depender del mercado estadounidense.
Hacia un nuevo acuerdo entre Europa y Estados Unidos
Feique también confirmó que el sector químico europeo y estadounidense trabaja en un acuerdo marco bilateral orientado a reducir aranceles y fortalecer la cooperación tecnológica y regulatoria. Rasero adelantó que el documento podría presentarse en los próximos meses ante las autoridades de ambas regiones.
“Nuestras cadenas de suministro están muy interconectadas, y este acuerdo buscará no solo rebajas arancelarias, sino también normas comunes que impulsen la innovación y la competitividad”, explicó la presidenta de Feique.
La representante del sector instó además a la Comisión Europea a continuar negociaciones comerciales con países como India, Emiratos Árabes, Tailandia, Filipinas, Malasia, Indonesia y Australia, así como a reforzar la actualización del acuerdo con México, todos ellos mercados clave en el suministro de materias primas.
Crecimiento moderado y desafíos energéticos
La industria química española cerró 2024 con una facturación de 85,483 millones de euros, un crecimiento anual del 3.6%. Para este año, la previsión inicial apuntaba a superar los 89,700 millones, aunque el cálculo actualizado rebaja esa cifra a 86,023 millones, con un incremento más modesto del 1%.
Rasero atribuyó esta desaceleración a la incertidumbre en las políticas comerciales globales y al debilitamiento de la demanda europea, aunque proyectó una recuperación del 3% en 2026, impulsada por la reactivación del consumo y la aplicación de medidas para fortalecer la competitividad.
Energía, el gran reto pendiente
La presidenta de Feique subrayó que el crecimiento actual se sostiene en tres subsectores —química de consumo, especialidad y farmacéutica— que han compensado el retroceso de la química básica, vital para la autonomía industrial del país.
Alertó que su deterioro representa un riesgo para la soberanía productiva española, y urgió a adoptar un plan nacional de competitividad energética que permita alcanzar un precio de la electricidad por debajo de los 40 euros por megavatio hora.
Entre las propuestas de Feique destacan:
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Eliminar el impuesto sobre el valor de la producción eléctrica, vigente desde 2012.
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Reducir el Impuesto Especial sobre la Electricidad al 0.5%, frente al promedio actual del 5.11%.
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Aplicar una rebaja estructural del 80% en los peajes para las empresas electrointensivas.
Rasero concluyó señalando que la industria química española se mantiene resiliente, pero necesita una política energética más competitiva para seguir creciendo sin depender de subsidios ni ajustes fiscales temporales.



