En su primer gran anuncio desde que asumió el cargo, el presidente interino José Jerí declaró el estado de emergencia en Lima y Callao, una medida que permitirá militarizar las calles y suspender derechos constitucionales por un periodo de 30 días.
Durante un mensaje televisado, Jerí señaló que esta decisión representa un cambio de estrategia en la lucha contra el crimen. “Pasamos de la defensiva a la ofensiva. Esto se acabó”, afirmó, rodeado de su gabinete.
Entre las restricciones destacan la prohibición de circular dos personas en una misma motocicleta —método comúnmente utilizado en crímenes por encargo—, así como la limitación del derecho de reunión y el ingreso a domicilios sin orden judicial.
El anuncio llega en medio de una creciente ola de violencia: en lo que va del año, las denuncias por extorsión suman más de 20 mil, un aumento de casi 30% respecto a 2024. Además, en Lima y Callao se han registrado 47 asesinatos de conductores de transporte público, según datos del gremio Anitra.
La decisión también se da tras una semana de intensas protestas en Lima contra el Congreso y el gobierno interino, que asumió tras la destitución de Dina Boluarte el pasado 10 de octubre. Las manifestaciones dejaron un civil muerto y más de 100 heridos.
Con esta medida, el Ejecutivo busca frenar el desbordamiento de la violencia y atender la presión social que amenaza con hundir aún más la ya frágil estabilidad política del país.



