Rodrigo Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano, fue elegido nuevo presidente de Bolivia tras obtener el 54.5% de los votos en el balotaje frente al derechista Jorge Quiroga. La elección marca el fin de 20 años de gobiernos socialistas liderados por Evo Morales y sus sucesores, y representa un giro hacia una política más moderada y abierta al capital privado.
Paz, de 58 años, economista y político tarijeño, ha ocupado cargos como diputado, alcalde y senador. Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, el nuevo mandatario evitó durante su campaña definirse bajo una corriente ideológica específica. Usó mensajes que iban desde “Dios, familia, patria” hasta “hasta la victoria siempre”, con el objetivo de atraer a una base electoral diversa.
Nacido en España durante el exilio de su familia, su infancia transcurrió entre varios países latinoamericanos. Esa experiencia internacional, asegura, moldeó su visión conciliadora. “En la lucha de mis padres por la democracia, hemos vivido en 10 países diferentes”, compartió en entrevista.
Su plan de gobierno propone un modelo de “capitalismo para todos”, centrado en la formalización de la economía, atracción de inversión extranjera y modernización del aparato productivo. Acompañado por Edmand Lara, un ex policía e influencer como vicepresidente electo, Paz promete tomar “las decisiones adecuadas” y rechaza la idea de reelegirse: “Que venga otro”, afirmó.
La victoria de Rodrigo Paz marca el inicio de una nueva etapa para Bolivia, con un enfoque más pragmático y alejado de los extremos ideológicos que dominaron el escenario político en las últimas dos décadas.



