En una emotiva aparición durante el Fortune Most Powerful Women Summit, Selena Gomez abrió su corazón sobre el complejo vínculo entre la felicidad y la ansiedad. “Cuando algo grandioso sucede en mi vida, espero que algo malo pase. Me casé y luego me puse a llorar porque pensé: ‘Me voy a morir al día siguiente’”, declaró la artista.
Estas palabras surgieron semanas después de su boda con el productor musical Benny Blanco, celebrada el pasado 27 de septiembre en Santa Bárbara, California. La ceremonia fue íntima, rodeada de familiares y amigos cercanos, entre ellos Taylor Swift, Steve Martin, Martin Short y Meryl Streep. Pese a la atmósfera de amor, Gomez confesó sentirse abrumada por pensamientos negativos: “En lugar de estar presente y decir: ‘OK, hemos hecho algo genial’, siempre estoy pensando: ‘Todo esto podría desaparecer mañana’”.
Noticias Relacionadas
La artista, conocida por su activismo en salud mental, enmarcó estas declaraciones dentro de su compromiso con el bienestar emocional. En paralelo, encabezó la campaña Make A Rare Impact, donde del 10 al 12 de octubre, el 100 % de las ventas del nuevo perfume de Rare Beauty se destinó a programas de apoyo psicológico juvenil. El Rare Impact Fund, fundado en 2020, ha recaudado más de 20 millones de dólares y beneficia a 30 organizaciones en cinco continentes.
Selena, diagnosticada con lupus y sometida a un trasplante de riñón en 2017, ha hablado abiertamente sobre su experiencia con la depresión, ansiedad y trastorno bipolar. En la conferencia, también citó su documental My Mind & Me (2022): “Amo quién soy y cómo funciona mi mente… ahora tengo una mejor relación con ella”.
Finalmente, compartió un consejo de su amiga Taylor Swift que la ha guiado en este proceso: “Nunca seas la persona más inteligente en la habitación. Rodéate de personas más inteligentes que tú”.
El testimonio de Gomez no solo conmovió al público, sino que reafirmó su papel como una de las voces más sinceras y necesarias en la conversación sobre salud mental. Con valentía, recordó que incluso en los momentos más felices, la vulnerabilidad puede estar presente —y que hablar de ello es una forma poderosa de sanar.
