Omaha, Nebraska.– Lo que comenzó como una recomendación terapéutica se convirtió en una ola de entusiasmo intergeneracional. Frank Uryasz Jr., de 95 años, escuchó por primera vez una canción de Taylor Swift en una sesión con su terapeuta ocupacional. El tema “Timeless (Taylor’s Version)” lo conmovió profundamente y lo llevó a compartirlo con los demás residentes del centro Remington Heights. En cuestión de semanas, el entusiasmo se convirtió en un movimiento: nació el club de fans de Taylor Swift del hogar de retiro, hoy con 100 miembros activos.
Cada semana, los salones de Remington Heights se llenan de música, risas y recuerdos al ritmo de Swift. Las canciones de la cantante estadounidense reemplazaron a clásicos como Elvis Presley y Johnny Cash en las rutinas diarias. El club realiza reuniones tres veces por semana, en las que se organizan sesiones de bingo, ejercicios al ritmo de “Shake It Off”, charlas y eventos decorados con motivos de Swift.

La directora de actividades del centro, Becky Schindler, apoyó la creación de una boletería y un autobús turístico de cartón con la imagen de la artista, mientras que los residentes decoraron sus espacios personales con recortes de prensa, pósters, galletitas temáticas y hasta matrículas personalizadas con la leyenda “TAYLOR SW1FT”. Uryasz, por su parte, personalizó su andador con colores y símbolos dedicados a la cantante.
El fenómeno ha impactado positivamente la vida social del centro. Según Sarah Zajic, terapeuta ocupacional, los residentes que antes se retiraban temprano ahora se quedan hasta tarde en el comedor o en el auditorio, conversando, cantando y compartiendo historias personales vinculadas con las letras de Swift. Incluso enfermeras externas al centro han pedido unirse al club.

Aprovechando el lanzamiento más reciente de la artista, el club organizó una jornada especial el 3 de octubre en el gimnasio, donde toda la música estuvo dedicada exclusivamente a su repertorio. Además, Uryasz envió una carta a Taylor Swift y al jugador de fútbol americano Travis Kelce, invitándolos a compartir una ronda de bingo con los miembros del club. En la carta, también compartió consejos para un matrimonio duradero, basados en su propia historia de amor de más de 70 años.
Uryasz reconoce que liderar el club le ha cambiado la rutina y ha solicitado un tocadiscos para escuchar los álbumes en vinilo, ya que no maneja tecnología digital con facilidad. Aun así, se muestra entusiasta y comprometido: “Vale la pena si esto hace feliz a alguien más”, expresó.
Mientras esperan respuesta de Taylor Swift, los swifties más longevos de Omaha ya planean nuevos eventos y actividades. El caso ha llamado la atención de la prensa local y dejó un mensaje claro: nunca se es demasiado mayor para amar la música… y menos si es la de Taylor Swift.




