LIMA, PERÚ.– El abogado y político José Jerí Oré asumió este viernes la presidencia de Perú con la promesa de declarar una “guerra contra el crimen” y devolver la estabilidad a un país sacudido por años de crisis institucional. Con solo 38 años, Jerí se convierte en el séptimo mandatario desde 2018, reflejo de la profunda fragilidad política que vive la nación andina.
Militante del partido conservador Somos Perú y autodefinido como “animalista”, Jerí llega al poder tras haber ocupado la presidencia del Congreso, desde donde escaló rápidamente tras la destitución de Dina Boluarte. Aunque su gestión será corta —pues el país irá a elecciones generales en abril de 2026—, enfrenta el enorme reto de restaurar la confianza pública y frenar la ola de criminalidad.
Un ascenso meteórico, pero no exento de polémicas
Formado en Derecho por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y la Universidad Nacional Federico Villarreal, Jerí empezó como asesor político en 2020 y llegó al Congreso apenas un año después. Desde entonces, ha cultivado una imagen cercana a los jóvenes y defensor del civismo, aunque también ha sido blanco de señalamientos por presuntos actos de corrupción y una grave acusación por abuso sexual en 2025, la cual él niega categóricamente.
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Estabilidad y transparencia, sus principales desafíos
Con un estilo sobrio y una presencia activa en redes sociales, José Jerí intenta proyectar una imagen de renovación institucional. Su gobierno, aunque breve, será clave para sentar las bases de una transición democrática ordenada. La ciudadanía, sin embargo, mantiene el escepticismo y demanda acciones concretas, no solo promesas.
El nuevo presidente tiene la mirada puesta en el combate frontal al crimen, pero también deberá librar su propia batalla: la de demostrar que, a diferencia de muchos de sus predecesores, está dispuesto a gobernar con transparencia y responsabilidad.



