La prediabetes representa una señal de advertencia para quienes presentan niveles elevados de glucosa en la sangre, aunque aún no alcanzan los parámetros de un diagnóstico de diabetes tipo 2. Detectarla a tiempo es clave para prevenir complicaciones mayores y mejorar la calidad de vida.
Un problema creciente en México
De acuerdo con la Secretaría de Salud (SSA), en el país existen alrededor de 14.6 millones de personas con diabetes, cifra que evidencia la magnitud de esta enfermedad crónica. La prediabetes es considerada la “última llamada” antes de que el padecimiento avance, por lo que representa una oportunidad para revertir el proceso con hábitos saludables.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierten que quienes padecen prediabetes tienen un riesgo elevado de desarrollar diabetes tipo 2, así como de enfrentar problemas cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.
Síntomas y señales de alerta
En la mayoría de los casos, la prediabetes no presenta síntomas claros, lo que dificulta su detección sin análisis clínicos. Sin embargo, la Asociación Americana de Diabetes (ADA) señala algunas señales que pueden ayudar a identificarla:
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Oscurecimiento de la piel en el cuello, las axilas o la ingle.
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Aparición de pequeños bultos en estas zonas.
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Fatiga o sed inusual, en casos poco comunes.
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Diagnóstico incidental a través de estudios de sangre rutinarios.
Prevención y control
La buena noticia es que la prediabetes puede ser reversible mediante cambios en el estilo de vida. La Mayo Clinic y la SSA recomiendan las siguientes acciones:
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Adoptar una alimentación balanceada rica en frutas, verduras, granos integrales y baja en azúcares procesados.
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Realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, como caminar.
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Reducir entre el 5% y el 7% del peso corporal en caso de sobrepeso.
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Evitar el tabaquismo, lo que mejora la sensibilidad a la insulina.
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Realizarse exámenes periódicos de detección, especialmente si existen factores de riesgo.
Una oportunidad para la salud
La prediabetes no debe considerarse una sentencia, sino una advertencia que brinda la posibilidad de retomar el control de la salud. Con medidas preventivas adecuadas, es posible reducir significativamente el riesgo de evolucionar hacia la diabetes tipo 2 y sus complicaciones asociadas.



