Ciudad de México.– La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que su administración mantendrá un compromiso firme con la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores. Como parte de esta política, informó que cada año de su gobierno se incrementará el salario mínimo en 12% anual, una estrategia que busca garantizar ingresos más justos y dignos para millones de familias mexicanas.
“Cuando el trabajador gana más, se distribuye la riqueza”, señaló la mandataria durante su mensaje oficial, subrayando que este modelo busca equilibrar las necesidades de la población con el desarrollo económico del país.
El panorama actual del salario mínimo en México
En 2025, el salario mínimo general se encuentra en 278.80 pesos diarios, lo que equivale a 8,364 pesos mensuales, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) la cifra asciende a 419.88 pesos diarios, una de las más altas del país, según la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).
Las metas oficiales van más allá: para 2026, el gobierno federal pretende que el salario alcance 314.60 pesos diarios, es decir, alrededor de 9,437 pesos al mes, lo suficiente para cubrir dos canastas básicas ampliadas. De cara al año 2030, la meta será aún más ambiciosa, ya que se busca que el salario pueda cubrir 2.5 canastas básicas, lo que implicaría un ingreso de 393.20 pesos diarios, o 11,796 pesos mensuales en valores actuales.
El presidente de la Conasami, Luis Felipe Munguía Corella, celebró los logros de esta política pública, al recordar que de los 13.4 millones de mexicanos que salieron de la pobreza en los últimos seis años, al menos 6.64 millones lo hicieron gracias al aumento del salario mínimo. No obstante, advirtió que los incrementos deben aplicarse con cautela: “Los efectos positivos serán cada vez más modestos, porque el salario mínimo no se puede seguir incrementando indefinidamente”, advirtió.
El contraste con China: menores salarios y largas jornadas
La situación es distinta en China, donde el salario mínimo se determina de manera provincial y puede establecerse en dos modalidades: mensual, para empleados de tiempo completo, o por hora, para trabajadores eventuales.
En 2025, el ingreso mínimo más común es de 2,200 RMB mensuales, lo que equivale a 5,770 pesos mexicanos, o apenas 192 pesos diarios si se divide entre 30 días.
No obstante, existen diferencias importantes según la región:
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Shanghái: 2,690 RMB → 7,048 pesos mensuales.
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Beijing: 2,420 RMB → 6,340 pesos mensuales.
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Promedio nacional: 2,200 RMB → 5,770 pesos mensuales.
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Regiones con menores ingresos: 1,620 RMB → 4,244 pesos mensuales.
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Pago por hora en Beijing: 26.4 RMB → 69 pesos mexicanos.
A diferencia de México, en donde el salario mínimo es una cifra neta diaria, en China suele incluirse dentro del monto mensual la obligación de aportar a seguridad social y fondos de vivienda, lo que reduce considerablemente el ingreso real que recibe el trabajador. Además, la práctica laboral en ese país contempla jornadas extensas, falta de descansos regulares y, en muchos casos, retención de sueldos por meses, lo que genera condiciones adversas para millones de empleados.
Desafíos y perspectivas para México
El gobierno mexicano enfrenta ahora el reto de equilibrar los incrementos salariales con factores económicos clave: la inflación —estimada en 4.05% para 2025—, la competitividad de las pequeñas y medianas empresas, y la formalización del empleo.
La estrategia oficial apunta a que hacia 2030 el salario mínimo permita una vida más digna, con la cobertura de al menos dos canastas y media de productos básicos. Mientras tanto, en China las autoridades continuarán ajustando sus cifras de acuerdo con el crecimiento económico de cada región, sin que ello necesariamente se traduzca en mejores condiciones laborales.
El contraste refleja dos realidades: mientras en México se busca avanzar hacia una jornada de 40 horas y salarios que cubran las necesidades básicas de los trabajadores, en China persiste una dinámica de jornadas extenuantes, sueldos bajos y limitados derechos laborales, lo que mantiene abierta la discusión sobre la calidad de vida en ambos países.


