Estados Unidos.- Después de más de seis años de tensiones geopolíticas, Estados Unidos y China anunciaron un principio de acuerdo que permitiría transferir el control de TikTok a una entidad estadounidense.
El anuncio fue realizado este lunes 15 de septiembre por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, durante la cuarta ronda de negociaciones bilaterales en Madrid. Aunque los detalles del acuerdo no fueron revelados, se confirmó que la decisión final dependerá de una llamada entre el expresidente Donald Trump y el mandatario chino Xi Jinping, programada para este viernes 19 de septiembre.
La disputa se remonta a 2019, cuando el Ejército de EE.UU. prohibió TikTok en dispositivos oficiales. En su primer mandato, Trump intentó forzar su venta a Microsoft, sin éxito. Sin embargo, en 2024, el Congreso aprobó la ley PAFACA, que obligaba a ByteDance a vender sus operaciones en territorio estadounidense. En enero de 2025, la Corte Suprema avaló su constitucionalidad.

Con Trump de regreso en la Casa Blanca, firmó una orden ejecutiva que permitió a TikTok seguir operando provisionalmente hasta el 17 de septiembre de 2025, fecha límite que impuso para su venta o prohibición total.
Las negociaciones avanzaron durante el año por distintas ciudades europeas, incluidas Estocolmo y Madrid. Las delegaciones fueron lideradas por Scott Bessent y Jamieson Greer por EE.UU., y el viceprimer ministro He Lifeng por China. Además del futuro de TikTok, se discutieron aranceles y acceso a tecnologías estratégicas.
Bessent destacó que la relación personal entre Trump y Xi Jinping fue decisiva para llegar al entendimiento. “La continuidad de TikTok es condición para avanzar en otros puntos de la agenda comercial”, advirtió la delegación china.
Trump celebró el acuerdo en su red Truth Social, afirmando que hará “muy felices a los jóvenes estadounidenses”, haciendo alusión a los más de 170 millones de usuarios que la plataforma tiene en EE.UU.
De concretarse la venta, TikTok quedará bajo el control de una empresa estadounidense, lo que pondría fin a uno de los conflictos más simbólicos de la era digital. Un caso que transformó una app de entretenimiento en una pieza clave del ajedrez global.



