Un juez de Utah concedió a una familia una indemnización de 951 millones de dólares, la más alta registrada en la historia de ese estado, tras determinar que un hospital actuó con negligencia durante el parto de una niña que quedó con daño cerebral permanente.
El fallo, emitido a inicios de agosto, favoreció a Anyssa Zacanella, Danniel McMichael y su hija Azaylee, de cinco años, luego de que se concluyera que Steward Health Care incurrió en graves irregularidades durante el nacimiento en West Valley City, el 14 de octubre de 2019.
Un parto lleno de omisiones
De acuerdo con la demanda, las enfermeras a cargo apenas habían concluido su formación académica y suministraron una dosis riesgosa de Pitocin, medicamento utilizado para inducir el parto. Mientras tanto, el médico de guardia dormía en una habitación cercana e ignoró las señales de alerta, como fiebre en la madre y la presión arterial elevada del bebé.
Tras más de 24 horas de complicaciones, la cesárea se realizó de forma tardía. La niña nació con deformación craneal, hematomas y falta de oxigenación, lo que derivó en daño cerebral severo.
Actualmente, Azaylee presenta convulsiones frecuentes, dependencia de oxígeno portátil y atención médica las 24 horas. Los médicos han indicado que nunca podrá llevar una vida independiente.
“La pérdida más profunda”
El juez Corum, al dictar la resolución, declaró:
“La persona que Azaylee debía ser está atrapada en una niña con daño cerebral. No puedo imaginar una pérdida más profunda”.
La compensación incluye daños punitivos; sin embargo, podría enfrentar dificultades para hacerse efectiva debido a que Steward Health Care atraviesa una crisis financiera y adeuda miles de millones de dólares. Los abogados de la familia esperan recuperar al menos la mitad del monto establecido.
Tras el caso, el hospital cambió de nombre a Holy Cross Hospital-West Valley, tras ser adquirido por CommonSpirit Health.
“Le robaron la vida a mi hija, y a todos nosotros nos la arrebataron”, declaró Zacanella durante el juicio.



