El universo del rock está de luto. Ozzy Osbourne, ícono mundial y leyenda del heavy metal, falleció a los 76 años el pasado 22 de julio de 2025, en su casa de Buckinghamshire, Inglaterra, rodeado de su familia.
La noticia fue confirmada por su esposa Sharon Osbourne y sus hijos Jack, Kelly, Aimee y Louis, quienes solicitaron privacidad durante el periodo de duelo. Fue su hija menor, Kelly, quien compartió un video íntimo grabado el 20 de julio, dos días antes del fallecimiento. En él, se ve a Ozzy sentado en la cocina, leyendo el diario en su tablet y saludando a su nieto con un cálido “Good morning”, dejando ver su lado más humano.
Desde 2019, el artista enfrentó un deterioro progresivo de salud, agravado por un diagnóstico de Parkinson tipo 2 y múltiples cirugías, incluida una operación compleja de columna en 2023. Según él mismo confesó, vivió “cinco años de total infierno”. En sus últimos meses, incluso practicaba Tai Chi para tratar de recuperar estabilidad.
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El pasado 5 de julio, Ozzy ofreció su última presentación en el evento “Back to the Beginning” en Villa Park, Birmingham, acompañado de sus compañeros originales de Black Sabbath. Sentado en un trono con alas de murciélago, interpretó nueve canciones que sellaron su despedida, entre ellas “Iron Man” y “Paranoid”. Visiblemente conmovido, expresó al público: “He estado postrado seis años. No tienen idea de cómo me siento. Gracias desde el fondo de mi corazón”.
Las redes sociales se llenaron de homenajes. Metallica, Alice Cooper, Elton John y miles de fanáticos de todo el mundo despidieron al ídolo. En Birmingham, seguidores colocaron veladoras y flores frente al mural de Black Sabbath y su estrella del Paseo de la Fama.
Ozzy Osbourne dejó una huella imborrable en la historia del rock. Su música, su actitud irreverente y su lucha constante contra los excesos y la enfermedad lo convirtieron en leyenda.
En su última aparición, su voz aún se escucha en un susurro cálido: “Good morning”.



