El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó revuelo recientemente al declarar que en su país únicamente se venderá Coca-Cola “mexicana”, destacando su preferencia por esta versión del icónico refresco. Sus declaraciones se suman a una larga historia de anécdotas que vinculan al exmandatario con esta bebida, incluyendo el famoso botón rojo que instaló en el escritorio Resolute del Despacho Oval durante su administración, el cual utilizaba para pedir una lata de Coca-Cola Light. Según reportes de medios como The New York Times, CNN y The Washington Post, Trump ha llegado a consumir hasta una docena de estas bebidas al día.
Un portavoz de Coca-Cola, cuya sede se encuentra en Atlanta, Georgia, respondió a las declaraciones con cautela, agradeciendo el entusiasmo mostrado por Trump y adelantando que próximamente se darán a conocer más detalles sobre nuevas opciones dentro de su portafolio de productos.
No obstante, la relación del expresidente con la marca ha tenido altibajos. En 2012, Trump publicó una serie de mensajes en redes sociales donde insinuaba que los refrescos dietéticos podrían contribuir al aumento de peso. Pese a ello, concluyó con una afirmación contradictoria:
“El CEO de Coca-Cola es un amigo mío, pero la Coca-Cola está matando a la humanidad. De todas formas, seguiré tomándola”.
¿Por qué la Coca-Cola mexicana es considerada especial?
La versión mexicana de Coca-Cola goza de gran popularidad tanto entre locales como entre extranjeros. Viajeros de distintas partes del mundo coinciden en que su sabor es superior al de otras versiones, especialmente en comparación con la que se comercializa en Estados Unidos.
La principal diferencia radica en el tipo de edulcorante utilizado. Mientras que en México la fórmula se endulza con azúcar de caña, en Estados Unidos, desde la década de 1980, se utiliza jarabe de maíz de alta fructosa, como parte de una política que buscaba apoyar a los productores agrícolas estadounidenses. Ambas formas de azúcar contienen glucosa y fructosa, pero en proporciones distintas, lo que influye en el sabor final del producto.
Además del ingrediente, la presentación también juega un papel importante. En México, la Coca-Cola suele venderse en botellas de vidrio, mientras que en EE.UU. es más común encontrarla en envases de plástico o aluminio. Muchos consumidores afirman que el vidrio preserva mejor el sabor, aunque esta percepción podría estar influenciada por factores emocionales o culturales.
Desde 2005, Coca-Cola ha importado a Estados Unidos botellas de vidrio con Coca-Cola mexicana para satisfacer la demanda de quienes prefieren su sabor tradicional. En su sitio oficial, la empresa aclara que su producto se adapta a los ingredientes locales disponibles en cada región donde se comercializa. Por ejemplo, en Europa se utiliza azúcar como edulcorante principal, mientras que en EE.UU. aún predomina el uso de jarabe de maíz, al menos hasta que se oficialicen los cambios anunciados recientemente.
De concretarse el anuncio de Trump, el mercado estadounidense podría experimentar una transformación significativa en uno de sus productos más emblemáticos, con un giro hacia el sabor tradicional de la Coca-Cola hecha en México.



