El narcotraficante mexicano Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, expresó su opinión sobre la estrategia de seguridad “Abrazos, no balazos” promovida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, así como sobre la producción de fentanilo en México, durante una entrevista con la periodista María Scherer Ibarra. Este encuentro se dio apenas dos semanas antes de que Zambada fuera capturado y extraditado a Estados Unidos en un operativo rodeado de misterio.
El inusual acercamiento: un libro como enlace
En diciembre de 2023, Jorge Carrasco, director de la revista Proceso, contactó a Scherer Ibarra con un peculiar encargo: dedicar un ejemplar del libro El poder: historias de familia, escrito por su padre Julio Scherer García, para Zambada. Esto marcó el inicio de una serie de eventos que culminarían en la entrevista realizada en julio de 2024.
La periodista explicó que la solicitud para firmar el libro se remontaba a la conexión que Julio Scherer había establecido con el capo en 2010. Scherer Ibarra, motivada por la curiosidad y el legado periodístico de su padre, aceptó el reto y comenzó a preparar un cuestionario para el narcotraficante.
En el encuentro, realizado en un lugar remoto de Sinaloa, Zambada respaldó la estrategia de AMLO al afirmar que “los balazos son peligrosos”. Aunque el capo no ofreció detalles sobre sus operaciones, sí mencionó que conoce a “gente metida en todos lados”, refiriéndose a niveles de gobierno desde policías municipales hasta estatales y federales.
Cuando se le preguntó sobre el fentanilo, droga que ha causado estragos tanto en México como en Estados Unidos, Zambada negó tener laboratorios o puntos de venta relacionados con esta sustancia. “El fentanilo es muy peligroso”, afirmó tajantemente, intentando desmarcarse de su producción.
El lado humano del capo
Uno de los momentos más reveladores de la entrevista fue cuando Zambada expresó el dolor que siente por su hijo, Vicente Zambada Niebla, conocido como “El Vicentillo”, quien testificó contra Joaquín “El Chapo” Guzmán y presuntamente es testigo protegido en Estados Unidos. “Lo extraño todos los días”, confesó. Asimismo, comparó su dolor con el de las miles de familias mexicanas afectadas por la violencia, aunque evitó profundizar en sus vínculos con los desaparecidos o fallecidos.
Un operativo que marcó el final
El 25 de julio de 2024, apenas dos semanas después de esta conversación, Ismael “El Mayo” Zambada fue capturado y trasladado a Estados Unidos en un operativo del que el gobierno mexicano aseguró no tener conocimiento. Desde entonces, enfrenta 17 cargos criminales relacionados con narcotráfico, incluido el tráfico de fentanilo, lavado de dinero y posesión de armas ilegales. Durante su audiencia preliminar en Nueva York, Zambada reiteró su confianza en su abogado Frank Pérez, quien también representó a su hijo Vicente, a pesar de los posibles conflictos de interés.
Un juicio en suspenso
Mientras se define si enfrentará la pena de muerte, fiscales y abogados de Zambada han señalado que continúan las negociaciones para llegar a un acuerdo y evitar un juicio. La próxima audiencia fue programada para abril de 2025, dejando en el aire el futuro del capo que, durante décadas, logró eludir a las autoridades.
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“Abrazos, no balazos”
La estrategia de “Abrazos, no balazos” de AMLO se basaba en la idea de que la violencia no es la respuesta a la violencia, ya que solo ocasiona más muerte y destrucción. “El fuego no se puede apagar con el fuego”, señalaba.
Para AMLO, lo esencial era atender las causas que obligan a miles de personas a optar por delinquir. Por ello, promovió la creación de programas como Jóvenes Construyendo el Futuro y diversas becas para estudiantes y alejarlos del mundo del crimen.
El ex presidente señalaba que “Abrazos, no balazos” no significaba dar luz verde a los delincuentes, sino atender las causas de fondo. Sin embargo, aseguraba que quien cometiera un delito tendría que enfrentar la justicia.
