El miércoles 17 de junio de 2020, a propósito de la ejecución en Colima del juez federal Uriel Villegas Ortiz y de su esposa Verónica Barajas ocurrida un día antes, le informábamos en esta columna que el jueves anterior, 11 de junio de aquel año, el gabinete de seguridad encabezado por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador había analizado, no sin preocupación, la inteligencia recabada en una grabación que advertía sobre la planificación de un atentado contra un funcionario de alto rango del gobierno.
Muchos creyeron en su momento que el blanco seleccionado por la delincuencia era el juez Villegas Ortiz, asesinado seis días después de aquella tempranera y acalorada reunión del gabinete de seguridad en el Palacio Nacional, presumiblemente por haber dictado sentencias contrarias a Nemesio Oseguera “El Mencho”, capo del violento cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).