Ante la guerra, indiferencia, por no decir complicidad y destrucción del gobierno emanado de Morena en el País y especialmente en Sinaloa, insistimos que el camino es el diálogo, para construir juntos las propuestas y unidos exigir resultados.
Omar García Harfuch llegó a Sinaloa y se fue sin hacer notar su presencia. Seis días en los que, según su informe, se dio un importante golpe al narcotráfico con un decomiso de fentanilo y la detención de presuntos cocineros del fármaco, sí, pero son los mismos seis días en que se registraron más de 30 asesinatos, más de 20 denuncias por privación ilegal de la libertad, números récord en robo de carros a mano armada y millones en pérdidas para las familias, comerciantes y empresarios, no solo de Culiacán, sino ahora también de Mazatlán y todos los municipios del centro y sur de Sinaloa.
La presencia del funcionario federal quizá no pasó desapercibida para su jefa política, la presidenta Sheinbaum, pero no significó nada para quienes vivimos día a día, desde hace 3 meses está guerra, a la que no se le ve final.
De la misma forma en que vienen y van funcionarios federales a Sinaloa desde hace seis años, así también ha sido la indiferencia con que actúan ahora con el más grande problema que enfrentamos los sinaloenses.
Estamos cansados de discursos bonitos y buenas intenciones, porque mientras sus famosas estrategias de seguridad no se apliquen o simplemente no funcionen, entonces nada está solucionado.
Señor García Harfuch, su meta, según dijo, era pacificar Sinaloa, pero su presencia solo demostró lo contrario.
¿En manos de quién estamos? Las equivocadas estrategias nos exponen más en lugar de protegernos y la insistencia de echar culpas para no asumir las consecuencias de sus actos sigue en primera práctica del actual gobierno.
¿Dónde está la pacificación de Sinaloa? El súper policía que prometió hacerlo ya huyó, igual o peor que cuando llegó, sin resultado alguno y más que un informe positivo, la presidenta Claudia asegura que el trabajo de Harfuch en Sinaloa fue positivo, pero ¿Positivo para quién?