Una enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y una niña de 8 años fueron asesinadas por elementos del Ejército y de la Guardia Nacional en Nuevo Laredo, acusan familiares de las víctimas.
Las muertes, ocurridas entre el 11 y el 12 de octubre, han sido atribuidas a las fuerzas armadas, específicamente a elementos del Ejército y de la Guardia Nacional. Las familias de las víctimas han alzado la voz, denunciando un uso excesivo de la fuerza y la falta de respuesta inmediata por parte de los militares implicados.
El primer incidente tuvo lugar la noche del viernes 11 de octubre, cuando Yuricie Rivera Elizalde, enfermera del IMSS, fue abatida por soldados del Ejército Mexicano. Según el relato de su esposo, Víctor Manuel Carrillo Martínez, la familia se dirigía a una cena a bordo de su camioneta Chevrolet Equinox 2015. Mientras circulaban por la avenida Eva Sámano, en el centro de Nuevo Laredo, los militares bloquearon el tráfico en la intersección con Villagrán. Carrillo redujo la velocidad como medida de precaución, pero de inmediato se escucharon disparos. Uno de esos proyectiles impactó a su esposa.
El esposo, desesperado, intentó solicitar ayuda a los soldados que estaban en la zona, pero, según su relato, no recibió ninguna respuesta. Los testigos que presenciaron la escena se detuvieron, mientras Víctor bajaba de la camioneta a su hijo de 9 años para ponerlo a salvo. Yuricie, gravemente herida, falleció poco después.
Esta tragedia ha dejado no solo una familia devastada, sino también una comunidad en shock. Yuricie, quien trabajaba en el IMSS desde 2017, fue descrita como una persona dedicada y comprometida con su labor, algo que hace aún más incomprensible su muerte en manos de aquellos que, en teoría, deberían proteger a la ciudadanía.
Un día después, la violencia se cobró la vida de otra inocente, esta vez una niña de 8 años, identificada como Iris “Y”. El 12 de octubre, en la colonia Palmares de Nuevo Laredo, una camioneta de la Guardia Nacional chocó contra el vehículo en el que Iris viajaba junto a su abuela, Lidia Galván. Tras la colisión, según los testimonios de la familia, los elementos de la Guardia Nacional abrieron fuego. Uno de esos disparos impactó en la cabeza de la menor. Pese a los intentos desesperados de su abuela por pedir ayuda, Iris murió debido a la gravedad de la herida.
Lidia Galván relató, con profundo dolor, cómo gritó a su nieta para que se moviera mientras veía cómo se desangraba. A pesar de sus súplicas, al principio los guardias nacionales no se acercaron para prestar auxilio. Finalmente, la abuela logró que los agentes las trasladaran al hospital general de Nuevo Laredo, pero ya era demasiado tarde.
Lidia Galván contó: “Cuando vi a la niña desangrándose, le grité ‘muévete Iris, muévete’. Ella me contestó, pero estaba perdiendo mucha sangre. Pedí ayuda a los soldados, pero al principio no me ayudaban, parecía que no querían acercarse”.
Por su parte, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no ha emitido ninguna comunicación oficial respecto a los hechos ocurridos el 11 y 12 de octubre. La Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJ) ha iniciado investigaciones y recolectado pruebas periciales, pero las familias de las víctimas, así como la comunidad de Nuevo Laredo, siguen esperando justicia.
Mientras tanto, las familias de Yuricie e Iris claman justicia, y Nuevo Laredo sigue sumido en la incertidumbre y el miedo, esperando que estos trágicos episodios no se repitan en el futuro.
Caso similar
Cabe recordar que, en agosto de 2022, un caso similar se registro en la comunidad cuando soldados dispararon contra la familia Pérez Rodríguez, provocando la muerte de Heidi “M”, una niña de tan solo 4 años. A este evento le siguió, en febrero de este año, el asesinato de cinco jóvenes por parte de militares, quienes regresaban a sus casas tras una fiesta.