Caracas, Venezuela.– Un ataque con drones atribuido a la Agencia Central de Inteligencia habría ocurrido la semana pasada contra una instalación portuaria en Venezuela, de acuerdo con un reportaje publicado por The New York Times. El hecho es considerado por analistas como la primera operación estadounidense conocida dentro del territorio venezolano, lo que ha reavivado el debate sobre la intervención de Estados Unidos en América Latina y su estrategia contra el narcotráfico.
Según fuentes citadas por el diario estadounidense, la acción se habría realizado mediante drones operados de forma encubierta, con el objetivo de impactar un muelle presuntamente vinculado a actividades de tráfico de drogas. El reporte señala que no se registraron víctimas mortales y que la instalación se encontraba desocupada al momento del ataque.
El ataque marcaría un punto de inflexión en la política de seguridad estadounidense hacia Venezuela, ya que hasta ahora las operaciones de Washington se habían concentrado en aguas internacionales del Caribe y el Pacífico, donde se han interceptado embarcaciones relacionadas con el narcotráfico.
Posteriormente, el presidente Donald Trump confirmó públicamente que Estados Unidos fue responsable de una acción contra infraestructura utilizada para el tráfico de drogas, aunque evitó detallar si la CIA participó directamente. El mandatario afirmó que la instalación atacada “ya no existe”, reforzando la versión de un operativo dirigido a desmantelar un punto logístico estratégico.
El reporte del New York Times contrasta con versiones previas difundidas por otros medios estadounidenses, que situaban ataques similares a inicios del mes y los relacionaban con organizaciones criminales específicas. Estas discrepancias han puesto de relieve el hermetismo informativo que rodea las operaciones encubiertas de seguridad.
Hasta el momento, el gobierno venezolano no ha emitido una postura oficial sobre el presunto ataque. No obstante, autoridades del país han reiterado en ocasiones anteriores que Venezuela es objeto de una estrategia de presión y desestabilización por parte de Washington. Por su parte, ni la CIA ni la Casa Blanca han ofrecido comentarios adicionales.
Especialistas en relaciones internacionales advierten que una incursión de este tipo podría incrementar los riesgos geopolíticos en la región, al tratarse de una acción militar encubierta dentro de un país soberano sin autorización pública conocida. Además, organismos defensores de derechos humanos han señalado que este tipo de operativos podrían sentar precedentes controvertidos en el marco del derecho internacional.
El presunto ataque con drones abre así un nuevo capítulo en la ya tensa relación entre Estados Unidos y Venezuela, con posibles repercusiones diplomáticas y de seguridad que podrían extenderse más allá del ámbito regional.



