Nacional.- Durante la acalorada sesión, la diputada Daniela Álvarez denunció haber sido agredida mientras su bancada trataba de frenar la aprobación del dictamen. Afirmó que el PAN actuó de forma pacífica y criticó que Morena alterara el documento previamente negociado.
En respuesta, Martha Ávila aseguró que la reforma no elimina la transparencia, sino que responde a una armonización con la Constitución federal, bajo criterios de simplificación administrativa y austeridad. Agregó que no se han definido personas para encabezar el nuevo esquema y que será el Congreso quien elija a la figura titular, tras pasar por las comisiones correspondientes.
Álvarez rechazó esta versión y señaló que el dictamen no establece claramente ese procedimiento, mientras que Ávila la acusó de faltar a la verdad, invitándola a revisar el contenido oficial del documento aprobado.
El debate subió de tono entre gritos y reproches, dejando en evidencia la polarización política en el Congreso de la CDMX. Al cierre del intercambio, las posturas quedaron firmes: para el PAN, la reforma representa un retroceso en materia de transparencia; para Morena, un paso hacia una gestión más austera y eficiente.
Más allá del enfrentamiento viral, el tema ha abierto una discusión pública sobre los límites y garantías del acceso a la información en la Ciudad de México, y ha encendido las alarmas sobre el uso político de los órganos autónomos.



