Sídney, Australia.– La investigación sobre el ataque armado ocurrido en Bondi Beach continúa revelando detalles cruciales. Naveed Akram, de 24 años, uno de los dos autores materiales del atentado, salió del coma y permanece hospitalizado en estado crítico, informaron autoridades de Nueva Gales del Sur.
El atentado, que dejó un saldo de 15 personas muertas y más de 40 heridas, ocurrió la tarde del domingo durante una celebración de Janucá en una de las playas más concurridas de Sídney. Las autoridades han calificado el hecho como un acto terrorista de carácter antisemita, motivado por una ideología extremista vinculada al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Vínculos con Filipinas bajo investigación
De acuerdo con la policía australiana, los dos atacantes —Sajid Akram, de 50 años, y su hijo Naveed— realizaron un viaje conjunto a Davao, en el sur de Filipinas, entre el 1 y el 28 de noviembre. Las autoridades sospechan que dicha estancia pudo estar relacionada con entrenamiento militar en zonas donde operan células radicales asociadas al Estado Islámico, especialmente en la región de Mindanao, conocida por albergar campamentos de adiestramiento yihadista.
Aunque el gobierno filipino no ha confirmado vínculos directos con grupos extremistas, las autoridades australianas sostienen que los responsables actuaron movidos por una ideología violenta y premeditada.
El perfil de los atacantes
Sajid Akram, originario de Hyderabad, India, migró a Australia en 1998 en busca de oportunidades laborales, sin renunciar a su nacionalidad india. Su hijo Naveed, ciudadano australiano, fue identificado como un albañil desempleado. Según reportes de inteligencia, había sido detectado en 2019 por conductas sospechosas, aunque en ese momento no se le consideró una amenaza inmediata.
El día del ataque, Naveed habría engañado a su madre diciendo que iría a pescar, mientras en realidad se reunió con su padre en un apartamento alquilado, desde donde presuntamente planearon el tiroteo.
Hallazgos posteriores
Durante las diligencias, la policía halló un vehículo registrado a nombre de Naveed Akram estacionado cerca de la escena del crimen. En su interior se localizaron artefactos explosivos improvisados y dos banderas artesanales con símbolos del Estado Islámico.
Sajid Akram fue abatido por agentes de seguridad en el lugar del ataque, mientras que su hijo fue trasladado con heridas de gravedad y recientemente salió del coma. Su estado de salud continúa siendo crítico.
La policía trabaja para determinar si hubo apoyo logístico externo o contactos con redes internacionales durante la estancia de ambos en Filipinas.
Declaraciones oficiales
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, condenó el ataque y confirmó que se trató de un acto motivado por extremismo ideológico. “No fue un hecho aislado, fue un acto planificado con fines terroristas”, expresó el mandatario.
La investigación sigue abierta y las autoridades mantienen estrecha colaboración con agencias de inteligencia internacionales para esclarecer todos los vínculos del caso.



