Estados Unidos.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a colocarse en el centro de la controversia luego de publicar un mensaje en redes sociales en el que se burló del asesinato del actor y director Rob Reiner y de su esposa, Michele Reiner, hecho que actualmente es investigado como un posible homicidio por las autoridades de Los Ángeles.
Mientras la investigación policial se encontraba en curso y el hijo de la pareja, Nick Reiner, era detenido como principal sospechoso, Trump difundió un mensaje en el que atribuyó el crimen, de manera irónica, a lo que denominó una supuesta “obsesión enfermiza” de Reiner hacia su figura política. En su publicación, el mandatario afirmó que el cineasta habría provocado “ira” en otros debido a lo que calificó como una “enfermedad mental conocida como el síndrome de obsesión con Trump”, comentario que fue ampliamente criticado por su tono burlón y carente de empatía.
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El mensaje generó una ola inmediata de reacciones adversas tanto dentro como fuera del ámbito político. Diversas figuras señalaron que el presidente utilizó una tragedia personal para lanzar un ataque político, lo que fue considerado por muchos como una falta de respeto hacia las víctimas y sus familiares.
Incluso dentro del Partido Republicano surgieron voces de rechazo. El congresista Thomas Massie cuestionó públicamente la postura del mandatario y calificó el mensaje como inapropiado, subrayando que se trataba de una referencia irrespetuosa hacia una persona que acababa de ser asesinada. En el mismo sentido, la legisladora Marjorie Taylor Greene, aliada frecuente de Trump, expresó que el hecho debía ser tratado como una tragedia familiar y no como un asunto político.
Rob Reiner, reconocido director, actor y activista, era una figura destacada del progresismo en Hollywood y un crítico abierto de Trump durante su presidencia. En 2017 llegó a cuestionar públicamente la capacidad mental del entonces mandatario para gobernar, postura que marcó una relación de confrontación constante entre ambos.
El episodio se suma a otros momentos en los que Trump ha sido señalado por utilizar hechos violentos o tragedias para atacar a sus adversarios políticos, práctica que continúa generando debate y polarización en el escenario público estadounidense.



