Un padre y su hijo protagonizaron un ataque armado que dejó 15 personas muertas, incluida una niña de 10 años, durante una celebración judía de Hanukkah en la playa Bondi, en Sídney. El tiroteo desató escenas de pánico entre más de mil asistentes reunidos en una de las playas más concurridas de Australia.
Las autoridades informaron que otras 42 personas resultaron heridas, entre ellas dos agentes policiales. La víctima más joven falleció en un hospital infantil, mientras que la de mayor edad tenía 87 años.
El padre, de 50 años, fue abatido por la policía en el lugar de los hechos. De acuerdo con los reportes oficiales, contaba con seis armas de fuego legalmente registradas, las cuales presuntamente fueron utilizadas durante el ataque. Su hijo, de 24 años, permanece hospitalizado bajo custodia policial. Agentes allanaron dos propiedades vinculadas a los agresores como parte de la investigación.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, calificó el ataque como un “acto de pura maldad” y ordenó izar las banderas a media asta en señal de luto nacional. “Bondi Beach, un lugar asociado con la alegría y la convivencia familiar, quedará marcado para siempre por este acto de terrorismo”, expresó.
El ataque generó condenas a nivel internacional. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo calificó como un “ataque puramente antisemita”, mientras que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, denunció el crecimiento del antisemitismo y llamó a combatirlo con acciones firmes.
Salute to this man who Saved several lives in Bondi Beach, #Sydney, #Australia
The Hero disarms a #Shooter single handedly at #BondiBeach , who was firing on people.
He jumped in without a weapon, knew he could die but still jumped in just to save people.
Absolute Heroic! pic.twitter.com/Huxpd22XrZ
— The News Diary (@The_NewsDiary) December 14, 2025
Tras los hechos, la policía australiana reforzó la seguridad en comunidades judías y lugares de culto en Sídney. El comisionado de policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, aseguró que se busca esclarecer plenamente los motivos del ataque y las acciones previas de los agresores.
Testigos relataron escenas de terror y heroísmo. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a un comerciante local enfrentando a uno de los atacantes y desarmándolo. Otros sobrevivientes narraron cómo se refugiaron durante horas en comercios cercanos para salvar sus vidas.
Los tiroteos masivos son poco frecuentes en Australia desde la masacre de Port Arthur en 1996, que derivó en estrictas reformas a las leyes de armas, consideradas un referente internacional.
Las autoridades declararon el ataque como un incidente terrorista y continúan las investigaciones mientras el país enfrenta uno de los episodios de violencia más graves de su historia reciente.



