Caracas.— En medio de un creciente clima de tensión por el despliegue aeronaval de Estados Unidos en el mar Caribe, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, hizo un llamado este miércoles a la unión regional entre su país y naciones como Colombia, Brasil y México. La funcionaria aseguró que la situación actual representa un desafío para toda América Latina y el Caribe, no únicamente para Venezuela.
Durante su intervención en la Asamblea de los Pueblos por la Soberanía y la Paz, transmitida por Venezolana de Televisión (VTV), Rodríguez advirtió que la estrategia de seguridad nacional estadounidense busca restablecer la Doctrina Monroe y consolidar a Estados Unidos como poder dominante en el continente. En ese sentido, señaló que la región debe fortalecer su integración para enfrentar estos desafíos.
Rodríguez sostuvo que los precursores de la independencia latinoamericana ya habían contemplado la conformación de una “sola nación” y un “ejército multinacional”. Por ello, reiteró su disposición a trabajar junto a los gobiernos de Gustavo Petro, Luiz Inácio Lula da Silva y Claudia Sheinbaum.
“Estamos listos para la unión de nuestros pueblos. Hermanos y hermanas de América Latina y el Caribe: o nos unimos o sucumbimos”, afirmó.
Asimismo, señaló que Venezuela no está dispuesta a “negociar ni entregar” sus principios frente a lo que consideró intentos de control hegemónico y apropiación de recursos naturales por parte de Estados Unidos.
Las tensiones aumentaron recientemente tras la incautación de un buque petrolero frente a las costas venezolanas, acción confirmada por el presidente Donald Trump, así como por el sobrevuelo de aviones militares estadounidenses sobre el Golfo de Venezuela. Según el gobierno de Nicolás Maduro, estas medidas forman parte de un intento por promover un cambio de régimen e instalar gobiernos afines a los intereses estadounidenses.
Mientras tanto, la presencia de fuerzas militares estadounidenses en la región continúa bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas, un despliegue que, según autoridades venezolanas, no tiene precedentes en los últimos años.



