EE.UU.- La relación bilateral entre México y Estados Unidos se encuentra nuevamente en un punto crítico tras los recientes señalamientos del expresidente Donald Trump, quien acusó a México de no cumplir con sus compromisos del Tratado de Aguas de 1944. En una publicación hecha este miércoles en Truth Social, Trump afirmó que México “debe ocuparse” de sus problemas de agua y alcantarillado, al tiempo que reiteró su amenaza de imponer un arancel del 5% si no se entrega una cantidad específica de agua antes del 31 de diciembre.
La advertencia llega luego de que, el pasado 8 de diciembre, Trump acusara al gobierno mexicano de mantener un déficit de 986 millones 600 mil metros cúbicos y exigiera la entrega inmediata de 246 millones 650 mil metros cúbicos, bajo el argumento de que el incumplimiento afecta gravemente a los agricultores de Texas, particularmente en la región de la cuenca del Río Bravo.
“¡Es una verdadera amenaza para la gente de Texas, California y los Estados Unidos de América!”, publicó Trump en un video difundido en la misma red.
México responde: condiciones de sequía y límites técnicos
Ante esta presión, el gobierno mexicano ha respondido señalando las condiciones extraordinarias de sequía que afectan a diversas regiones del país, lo que ha dificultado cumplir con el tratado sin comprometer el abasto nacional. La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que, pese a las limitaciones, México ha entregado más agua en 2025 que en años anteriores, gracias a una mejor temporada de lluvias.
Además, enfatizó que existe un límite físico en el ducto de transferencia, lo que hace imposible alcanzar los volúmenes que exige Estados Unidos en tan corto tiempo. Sheinbaum confirmó que ya se están llevando a cabo reuniones técnicas entre autoridades de ambos países para intentar alcanzar un nuevo acuerdo.
Washington exige medidas inmediatas
Previo al ultimátum arancelario, el Departamento de Estado de EE. UU. había informado sobre encuentros de alto nivel con funcionarios mexicanos, en los que se revisó la disponibilidad de recursos hídricos y se exigieron “máximos suministros posibles” para los usuarios texanos.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) continúa siendo el órgano encargado de mediar el conflicto, pero su labor se ha visto entorpecida por interpretaciones distintas del tratado y las excepciones aplicables en casos de “sequía extraordinaria”.
A menos de un mes de la fecha límite fijada por Trump, la presión económica y diplomática se intensifica, mientras ambos gobiernos intentan evitar un conflicto comercial de mayores proporciones.



