En medio del incremento de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, dos aviones de combate F/A-18 de la Marina estadounidense sobrevolaron el Golfo de Venezuela durante más de 30 minutos este martes, en lo que representa la incursión aérea más cercana al espacio venezolano desde el inicio de la campaña de presión militar impulsada por la administración del presidente Donald Trump.
De acuerdo con plataformas públicas de rastreo de vuelos, los cazas estadounidenses se mantuvieron en un cuerpo de agua que Venezuela considera parte de su territorio, aunque el Gobierno estadounidense sostiene que corresponde a espacio aéreo internacional. Minutos más tarde, un funcionario del Departamento de Defensa confirmó que se trató de un “vuelo de entrenamiento rutinario”, sin ofrecer detalles sobre si las aeronaves portaban armamento.
El sobrevuelo se suma a una serie de acciones recientes con las que Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en el Caribe y el Pacífico oriental, bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas. La estrategia ha incluido el despliegue de bombarderos B-52 y B-1, así como ataques contra embarcaciones que, según Washington, participaban en actividades ilícitas. Desde septiembre, estas operaciones han provocado la muerte de al menos 87 personas en 22 incidentes confirmados.
El presidente Donald Trump ha declarado que “pronto” podrían iniciar ataques terrestres en territorio venezolano, aunque no ha especificado ubicaciones ni posibles objetivos. Caracas, por su parte, acusa a Washington de intentar propiciar un cambio de régimen mediante operaciones militares y presiones diplomáticas, con el objetivo —según el gobierno de Nicolás Maduro— de controlar los recursos naturales del país.
La creciente actividad militar estadounidense ha generado cuestionamientos entre legisladores en Washington, quienes han solicitado acceso a los videos sin editar de los ataques recientes. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó que aún evalúa la divulgación del material, aunque ofreció información clasificada a líderes del Congreso.
Este episodio marca un nuevo punto de tensión en la relación bilateral, en un contexto donde Venezuela afirma que cualquier acción estadounidense constituye una violación a su soberanía, mientras que Estados Unidos insiste en que sus operaciones se realizan conforme al derecho internacional. El Golfo de Venezuela, un área históricamente disputada en cuanto a delimitación marítima, continúa siendo escenario de disputas geopolíticas entre ambos gobiernos.



