La actriz Bárbara de Regil fue tajante al abordar los cuestionamientos sobre la posibilidad de convertirse nuevamente en madre. Fiel a su estilo directo y sin filtros, la protagonista de Rosario Tijeras aseguró que no contempla en absoluto la idea de ampliar su familia. “No, ¿cómo crees? O sea, me aviento de las escaleras. No hay manera”, expresó entre risas, dejando clara su postura.
Aunque en algún momento consideró la idea de tener más hijos junto a su esposo, Fernando, De Regil reconoció que ese deseo no provenía de una convicción personal, sino de una expectativa compartida. “Yo quería hijos por la idea de tener hijos con Fer y de Fer. Pero yo realmente no quiero ser mamá”, explicó.
La actriz fue aún más clara al afirmar que no se siente destinada a la maternidad en su forma tradicional. Si bien se asume como una excelente madre para su hija Mar y como una compañera de vida amorosa, también reconoce sus propios límites: “No nací para ser mamá, para atender a alguien más así. Soy muy buena esposa, muy buena mamá de Mar, muy buen ser humano, pero no quiero. Y además ya lo viví toda mi vida”.

Para De Regil, haber vivido ya la experiencia de la maternidad le proporciona certeza sobre su decisión. “Ya fui mamá. Creo que también eso es importante, porque si no igual yo estaría con la cosquilla”, comentó. Incluso ironizó sobre la idea de las familias numerosas, al señalar que muchas personas deberían esperar a que sus hijos lleguen a la adolescencia antes de pensar en tener más.
La actriz también compartió una anécdota que refleja el valor que da a su actual libertad: “Pasé afuera de un colegio y estaba la fila de los papás recogiendo a sus hijos. Iba a mi casa, me metí al sauna, a hacer nada, y manejando volteé al cielo y dije: ‘Gracias, Dios, porque no tengo ahorita que llegar a la casa a hacer todas esas cosas’”.
Finalmente, Bárbara envió un mensaje de empoderamiento a las mujeres, alentándolas a tomar decisiones propias sin ceder a las presiones sociales. “Quiero recordarte que tienes que vivir para ti primero y después decidir qué quieres hacer de tu vida”, concluyó con convicción, dejando en claro que su decisión no es una renuncia, sino una elección consciente.




