Las investigaciones sobre el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, han revelado un preocupante método de reclutamiento utilizado presuntamente por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG): ofrecer dos millones de pesos a quien aceptara “aventarse el tiro” de ejecutar al funcionario.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), el grupo criminal comenzó semanas antes a reclutar jóvenes con adicciones y en situación vulnerable, a quienes les ofrecían dinero y entrenamiento en el manejo de armas para integrarlos al plan.
¿Cómo inició el operativo contra Manzo?
Los reportes señalan que el primer eslabón fue Ramiro ‘N’, uno de los cuerpos encontrados el 10 de noviembre en la carretera Uruapan–Paracho. Él habría organizado el reclutamiento bajo criterios específicos: los candidatos debían ser jóvenes y consumidores de drogas para facilitar su control.
Entre los reclutados estaban:
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Víctor Manuel, de 17 años
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Josué, de 16 años
Ambos fueron entrenados en Tiamba, zona de influencia del CJNG. Según su madre, Josué sufría severas adicciones y había estado internado en un centro de rehabilitación, donde conoció a Víctor Manuel.
Ramiro: dinero, miedo y presión criminal
Tras perder su empleo, Ramiro conoció a “El Combo” o “King Kong”, quien lo integró al CJNG con pagos de 4 mil pesos. Luego fue instruido por un operador conocido como El Licenciado, bajo una creciente presión emocional y amenazas.
El 6 de noviembre recibió una última orden para acudir a un rancho en La Basilia. Antes de partir, le dijo a su esposa:
“No quiero ir, pero tengo que cumplir la orden”.
Cuatro días después apareció sin vida. En una carta hallada en una maleta, confesó trabajar para El Licenciado y advirtió que sería silenciado. Incluso pidió que no se declarara en Uruapan, porque según él, “El Licenciado tiene comprada a toda la fiscalía”.
Caen presuntos responsables
El 18 de noviembre, la FGE detuvo en Morelia a Jorge Alejandro “N”, alias El Licenciado, quien presuntamente coordinó el ataque. Intentó sobornar a los elementos con dinero y fue detenido por cohecho, portación de arma y delitos contra la salud. Posteriormente se libraron órdenes por homicidio calificado.
¿Cómo fue el día del asesinato?
Mensajes recuperados de dispositivos decomisados revelan que existió un infiltrado en el círculo cercano del alcalde.
En un chat se leyó:
“Ya estamos listos para partirle su mad… como quiere el patrón.”
Y otra instrucción fue aún más clara:
“No importa que traiga niño, así hay que darle piso”.
El 1 de noviembre, cuando Manzo salió de su casa, los agresores ya lo esperaban. Víctor Manuel fue quien disparó seis veces contra él, pero después murió de un tiro en la nuca, presuntamente a manos de Demetrio, policía de la escolta, según dictámenes balísticos.
La investigación también llevó a la detención de siete policías, incluido el exdirector de Seguridad Pública de Uruapan, acusados de omisión pese a las amenazas previas que ya conocían.
Lo que viene
El próximo 26 de noviembre, un juez de control definirá la situación jurídica de los implicados. Algunos están recluidos en Mil Cumbres y otros en El Altiplano.
Este caso ha expuesto con crudeza el nivel de infiltración del crimen organizado en estructuras de seguridad pública y el uso de jóvenes vulnerables como piezas desechables dentro de la violencia criminal en Michoacán.



