El suizo Waldemar Bruderer fue reconocido oficialmente por Guinness World Records tras realizar una inmersión extrema de 56 metros bajo el hielo del Lago Sils, en los Alpes suizos. Lo hizo en condiciones de frío extremo —entre -11 y 1 grado centígrado— sin utilizar traje de buceo ni aletas, lo que convierte el logro en uno de los más exigentes en el mundo de la apnea.
Más allá del desafío físico y mental, Bruderer explicó que su motivación era conectar profundamente con la naturaleza y enviar un mensaje urgente: los glaciares están desapareciendo. “Me cautiva la idea de sumergirme en la naturaleza y experimentarla en su forma más pura”, declaró al organismo oficial.
La hazaña forma parte de un esfuerzo mayor por visibilizar los efectos del cambio climático. “Viviendo en Suiza, soy testigo directo del retroceso de los glaciares”, advirtió Bruderer, quien espera que su proeza motive a la sociedad a cuidar los ecosistemas que aún sobreviven.

Guinness también informó sobre otro récord reciente en apnea: el croata Vitomir Maričić logró mantener la respiración por 29 minutos y 3 segundos bajo el agua, rompiendo la marca de 2021.
Bruderer, sin embargo, ha llevado la apnea a una nueva frontera, donde el frío extremo y el minimalismo técnico se convierten en aliados de un mensaje poderoso: la naturaleza necesita ser escuchada antes de que sea demasiado tarde.




