La Selección de Costa Rica atraviesa un momento crítico en las eliminatorias rumbo a la Copa Mundial 2026. La derrota por 1-0 ante Haití el pasado 13 de noviembre encendió las alarmas y culminó en un estallido emocional por parte del entrenador Miguel “Piojo” Herrera, quien protagonizó una tensa conferencia de prensa.
“Estamos haciendo un fracaso… soy responsable de esto”, declaró Herrera con tono autocrítico, pero su frustración aumentó cuando fue cuestionado sobre su continuidad. “Me trajeron para dar resultados. No me toca a mí, wey, yo trabajo con lo que tengo”, respondió, antes de abandonar la sala ante un ambiente hostil.
Desde su llegada a Costa Rica en enero de 2025, Herrera ha dirigido 12 partidos con saldo de 6 victorias, 4 empates y 2 derrotas. No obstante, en la fase final del hexagonal los números preocupan: empate 0-0 ante Honduras (10 de octubre), triunfo 4-1 sobre Nicaragua (13 de octubre) y la reciente derrota frente a Haití, que deja a la selección con apenas 4 puntos y relegada al tercer puesto del Grupo C, con posibilidades mínimas de avanzar directamente.
Para mantener viva la esperanza, Costa Rica necesita vencer a Honduras el 18 de noviembre y que Haití no supere a Nicaragua. En el mejor de los casos, los ticos aspirarían a un repechaje intercontinental en marzo de 2026.
El respaldo popular hacia Herrera se ha erosionado. Los cánticos de “fuera Piojo” tras el empate 3-3 ante Haití en septiembre marcaron el inicio del quiebre, y la reciente derrota lo profundizó. La prensa deportiva local ha sido unánime en exigir su salida.
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Una carrera marcada por la polémica
Miguel Herrera no es ajeno a la controversia. En 2015 fue cesado como seleccionador de México tras agredir al periodista Christian Martinoli, pese a haber ganado la Copa Oro días antes. Su historial incluye expulsiones por insultos, choques con árbitros, directivos y periodistas tanto en América como en Tigres.
A pesar de su temperamento, ha sido exitoso: suma seis títulos oficiales, incluyendo tres ligas con América y una Copa Oro con México. Su estilo ofensivo, energía en la banca y personalidad frontal lo han convertido en un técnico reconocido, aunque difícil de manejar.
Hoy, al frente de Costa Rica, Herrera enfrenta uno de los desafíos más complejos de su carrera: resultados pobres, presión mediática y una clasificación mundialista que pende de un hilo. El “Piojo” está en el centro de la tormenta, y el tiempo corre en su contra.



