A dos semanas de haber vencido el plazo del ciclo quinquenal, México solo ha entregado 1,042.613 millones de metros cúbicos de los 2,158 millones comprometidos en el Tratado de 1944. Esto representa un cumplimiento del 48.31%, quedando pendiente un 51.69%, es decir, 1,115.387 millones de metros cúbicos.
Los registros de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), con corte al 31 de octubre, confirman el incumplimiento del ciclo iniciado el 25 de octubre de 2020, que debe completarse cada cinco años.
Presas en niveles críticos agravan el panorama
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), las presas clave que regulan el cumplimiento del tratado operan con niveles alarmantemente bajos:
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Presa La Amistad (Coahuila-Texas): 1,016.427 millones de m³ (25.2% de capacidad)
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Presa Falcón (Tamaulipas-Texas): 353.806 millones de m³ (10.8% de capacidad)
Estos niveles comprometen tanto el abasto local como el cumplimiento internacional.
¿Qué establece el Tratado de 1944?
El acuerdo binacional obliga a México a entregar 432 millones de m³ de agua anualmente (en promedio) a lo largo de ciclos de cinco años. A cambio, Estados Unidos debe entregar a México 1,850 millones de m³ por año desde el río Colorado.
El tratado permite excepciones en caso de sequía o accidentes hidráulicos, pero prohíbe acumular dos ciclos consecutivos de incumplimiento.
Presión desde Washington y reacciones políticas
La secretaria de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, expresó su inconformidad en redes sociales, afirmando que la falta de agua obligó al cierre del último ingenio azucarero en el valle del Río Grande.
“Una promesa es una promesa. ¡Es hora de que México entregue el agua que se les prometió a nuestras comunidades fronterizas!”, escribió en su cuenta de X. También reveló que el tema fue abordado en una reciente reunión con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
Conflicto local en Chihuahua y resistencias al interior del país
En el norte de México, sobre todo en Chihuahua, los agricultores han mostrado resistencia a liberar agua de la presa La Boquilla, argumentando que sus cultivos y medios de vida están en riesgo.
El conflicto no es nuevo: ya en ciclos anteriores los productores se han enfrentado con las autoridades federales por el mismo motivo.
Una crisis estructural de fondo
Más allá del tratado, el problema refleja una crisis estructural en la gestión del agua en ambas naciones. Expertos señalan:
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Sobreexplotación de cuencas y acuíferos
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Uso ineficiente del agua en la agricultura
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Escasa inversión en infraestructura de almacenamiento y tratamiento
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Cambios climáticos que agravan la sequía y reducen el caudal de los ríos
Conclusión: sin acuerdos sostenibles, habrá más conflictos
Mientras México no logre una estrategia integral para garantizar el abasto interno y cumplir con sus compromisos internacionales, el conflicto en la frontera norte podría escalar. Estados Unidos ya exige acciones concretas, y la presión política y social en ambos lados del río Bravo seguirá en aumento.




