Washington, 6 de noviembre de 2025 (Reuters).— En un giro respecto a su discurso habitual, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció este jueves que los consumidores estadounidenses están pagando parcialmente los costos derivados de los aranceles impuestos por su administración, aunque insistió en que la política comercial ha generado beneficios para el país en general.
Durante una conversación con periodistas en el Despacho Oval, Trump admitió que los ciudadanos podrían estar pagando “algo” por los gravámenes, luego de que el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, señalara que los aranceles funcionan como impuestos que recaen sobre los propios estadounidenses.
“No, no estoy de acuerdo. Creo que pueden estar pagando algo. Pero si tenemos en cuenta el impacto global, los estadounidenses están ganando muchísimo”, declaró el mandatario.
Cambio de tono en la retórica comercial
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha utilizado los aranceles como herramienta de presión diplomática y económica, argumentando que otros países —principalmente China— son los que pagan esos gravámenes al gobierno estadounidense. Sin embargo, economistas y analistas comerciales han reiterado que el costo real de los aranceles lo asumen los consumidores y las empresas importadoras de Estados Unidos, al encarecerse los productos.
El cambio en su declaración se produce mientras la Corte Suprema examina la legalidad de las medidas arancelariasimpuestas por su administración, en un caso con amplias implicaciones sobre el alcance del poder presidencial en materia comercial.
Trump advirtió que una eventual resolución en su contra podría representar un “desastre económico” y adelantó que su equipo evalúa la implementación de un “plan B” si el tribunal limita su autoridad para imponer gravámenes.
“Creo que sería devastador para nuestro país, pero también creo que tendremos que desarrollar un plan B. Veremos qué pasa. Espero que ganemos”, sostuvo el presidente.
Contexto internacional
Durante su mandato, Trump ha impuesto aranceles a las importaciones procedentes de China, Canadá, la Unión Europea y otros países, con el argumento de corregir lo que considera prácticas comerciales injustas y proteger a la industria nacional.
No obstante, sus políticas han generado tensiones con socios comerciales y han sido señaladas por economistas como uno de los factores que incrementan la inflación y reducen el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses.
El fallo de la Corte Suprema se espera en las próximas semanas y podría redefinir el margen de acción del presidente en la política comercial de Estados Unidos.



