Autoridades sanitarias de Estados Unidos emitieron una alerta alimentaria tras detectarse la presencia de fragmentos metálicos en varios lotes de pollo congelado producidos por Hormel Foods, lo que llevó al retiro inmediato de más de 2,200 toneladas del mercado.
El Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS) del Departamento de Agricultura confirmó que la contaminación afecta seis lotes específicos, equivalentes a más de 215 mil piezas de pechuga y muslos de pollo congelados distribuidos principalmente en restaurantes, hoteles y cafeterías institucionales.
De acuerdo con la investigación, los fragmentos metálicos provienen de una cinta transportadora utilizada durante el proceso de producción. Hasta el momento no se han reportado lesiones ni intoxicaciones derivadas del consumo de estos productos.
Los lotes afectados, identificados bajo la marca Hormel Fire Braised, fueron distribuidos a nivel nacional entre el 10 de febrero y el 19 de septiembre de 2025 a través de la empresa HRI Commercial Food Service, proveedora del sector gastronómico estadounidense.
El FSIS instó a todos los establecimientos que pudieran tener estos productos a revisar sus inventarios y desechar inmediatamente cualquier lote comprometido. Asimismo, advirtió que los alimentos contaminados no deben servirse bajo ninguna circunstancia.
Hormel Foods, con sede en Minnesota, informó haber notificado a todos sus clientes y habilitado canales de atención para resolver dudas relacionadas con el retiro. Los consumidores pueden comunicarse al número 1-800-523-4635 o consultar el sitio web oficial de la compañía.
Hasta ahora no existe evidencia de que los productos contaminados hayan llegado a México. No obstante, las autoridades recomiendan precaución a quienes hayan viajado recientemente a Estados Unidos y consumido pollo en restaurantes o cafeterías. Ante cualquier síntoma inusual tras la ingesta, se sugiere buscar atención médica.
El incidente resalta la importancia de mantener controles estrictos de calidad en la industria alimentaria y la necesidad de una vigilancia constante para garantizar la seguridad de los consumidores.



