Sarah Ferguson, conocida por décadas como la Duquesa de York, ha dejado de usar oficialmente ese título a partir del 17 de octubre de 2025. Esto ocurre luego de que el príncipe Andrés, su exesposo, anunciara su renuncia al uso de sus títulos reales, incluyendo el de Duque de York, en un intento por no afectar a la familia real debido a los señalamientos que enfrenta desde hace años.
En un comunicado, el príncipe Andrés —tercer hijo de la fallecida reina Isabel II— señaló: “Las continuas acusaciones contra mí distraen del trabajo de Su Majestad y de la Familia Real”, reiterando su inocencia. Además del Ducado de York, renunció a los títulos de Conde de Inverness, Barón Killyleagh, y a sus membresías en la Orden de la Jarretera y la Orden Real Victoriana. Aunque legalmente sigue siendo príncipe por nacimiento, no podrá usar los títulos mencionados a menos que el Parlamento lo revoque formalmente, algo que no ha ocurrido desde 1917.
La decisión está ligada a su relación con Jeffrey Epstein, empresario condenado por tráfico sexual de menores. Aunque Andrés nunca fue condenado judicialmente, y mantiene su postura de inocencia, su exclusión de la vida pública inició desde 2019, con una suspensión oficial en 2022. La presión aumentó con la publicación de extractos de las memorias póstumas de Epstein y un reciente escándalo de espionaje chino.

Sarah Ferguson reaccionó con serenidad al cambio. Aunque había mantenido el título de Duquesa de York tras su divorcio en 1996, la renuncia de Andrés implicó también su retiro. El 21 de octubre de 2025, actualizó su perfil en X de “@SarahTheDuchess” a “@sarahMFergie15” y su nombre legal en Companies House a “Sarah Margaret Ferguson”.
No obstante, su imagen pública también se ha visto afectada. En septiembre de 2025, al menos seis organizaciones benéficas cortaron vínculos con ella luego de filtrarse un correo de 2011 en el que se refería a Epstein como un “amigo ejemplar”. Aunque su portavoz aseguró que fue un intento de protección en un contexto de amenazas, y Ferguson ha condenado públicamente las acciones de Epstein, el daño a su reputación quedó hecho.
A lo largo de los años, Ferguson ha construido una carrera como activista, escritora y filántropa. Ha publicado libros infantiles, impulsado campañas de salud mental y fundado organizaciones como Children in Crisis y Sarah’s Trust. En marzo de 2025, escribió un ensayo en The Telegraph donde reflexionó sobre su rol como abuela y el cambio climático.

Actualmente reside junto a Andrés en Royal Lodge, Windsor, aunque fuentes indican que podría dejar la residencia ante la presión del rey Carlos III. Mientras tanto, su capacidad de resiliencia sigue siendo reconocida por medios británicos y seguidores, que destacan su esfuerzo por reinventarse en medio de la controversia.
La pérdida de su título ha generado opiniones divididas: para algunos es un acto de justicia simbólica; para otros, un nuevo capítulo en la compleja historia de una figura que ha sabido mantenerse vigente a pesar de las adversidades.



