Un tribunal chino sentenció este lunes a 11 miembros de la familia Ming a pena de muerte y a otros 28 a penas que van desde la cadena perpetua hasta 24 años de prisión, luego de descubrir que dirigían casinos y centros de estafas por internet en la ciudad de Laukkai, en Myanmar, cerca de la frontera con China.
Los reportes indican que estos centros funcionaban como verdaderos campos de “ciberesclavos”, donde al menos 10,000 trabajadores eran retenidos y obligados a realizar fraudes digitales, estafando a víctimas de todo el mundo. Uno de los complejos más notorios, conocido como Crouching Tiger Villa, era escenario de golpes, torturas y jornadas extenuantes para los trabajadores.
Desde 2015, la familia Ming y otros grupos criminales estuvieron involucrados en fraudes en telecomunicaciones, casinos ilegales, tráfico de drogas y prostitución, generando ganancias de más de 1,400 millones de dólares. Incluso, algunas estimaciones señalan que los casinos de las cuatro familias criminales procesaban miles de millones de dólares al año.
Tras la intervención de Myanmar en 2023, muchos miembros de la familia fueron capturados y entregados a China, mientras que el patriarca Ming Xuechang se suicidó. Con estas sentencias, China demuestra su intención de combatir con mano dura el crimen transfronterizo y proteger a los trabajadores explotados.
El caso también generó presión internacional, llevando a países como Tailandia y Camboya a tomar medidas contra estos centros de estafas.



